La soledad de los números primos.
Libros

Metáforas matemáticas, gemelos y números primos

Sutileza, hondura y complejidad a la hora de asomarse a la esencia de la soledad, resaltan la madurez literaria de Paolo Giordano.

Impares –salvo uno–, enteros, infinitos y solitarios. Parejas que conviven sin llegar siquiera a rozarse; gemelos casi perfectos que, pese a su íntima conexión, siempre topan con el “par” que les separa irremediablemente y cuanto más crecen, mayor es la distancia entre ellos. Durante siglos, han estado en boca de científicos y matemáticos de todo el mundo, han provocando ríos de tinta, de algoritmos, logaritmos, fórmulas y teoremas…, pero ¿qué demonios tienen en común los números y la poesía?

Para Paolo Giordano, todo. “Lo que pasa es que la física se adapta bien a todo. De hecho, la metáfora que titula el libro se refiere a los números primos gemelos, que son los que están separados tan sólo por otro número. Sin embargo, mi idea original era que los dos personajes viviesen como dos partículas afectadas por el entrelazamiento cuántico”, afirma sin duda ninguna en una entrevista para revista Qué Leer, a raíz del gran éxito alcanzado con La soledad de los números primos, una novela tan inquietante como fascinante, dura a veces, que atrapa desde la frase inicial. Alice Della Rocca odiaba la escuela de esquí. Así de escueta, contundente y directa. Una realidad que marca para siempre la infancia de la protagonista femenina, del mismo modo que El principio de Arquímedes –la segunda gran metáfora que titula el siguiente capítulo– deja una huella imborrable en la vida de Mattia, el “antihéroe” masculino de la trama.

Ambos episodios infantiles son la clave de la historia de Alice y Mattia, de su carácter reservado y autodestructivo, de sus existencias fuertemente unidas, de su mutua atracción y de las barreras invisibles que provocan un paralelismo infinito entre ellos, vetando –como ese inoportuno número par que separa indefectiblemente a los primos gemelos– cualquier atisbo de convergencia. Todo ello narrado con un lenguaje claro, conciso, en ocasiones cruel y una deliciosa manera siempre sutil de jugar con la física, las matemáticas y la poesía. Un profundo acercamiento a la soledad, un análisis psicológico de dos vidas condicionadas por sucesos que, en su día, no cabían en la lógica infantil de los protagonistas; una bella metáfora, en fin, que cautiva al lector.

La novela ganadora del premio Strega 2008 –galardón que ostentan escritores de la talla de Umberto Eco, Cesare Pavese o Primo Levi– se puso de moda y arrasó librerías, listas de éxitos y todo ese tipo de “marketing literario” que, debo confesar, suele provocarme el efecto contrario. ¡Vaya, que me resisto como gato panza arriba a seguir la corriente! Así que, dos años después, cuando la rebeldía cedió el paso a la racionalidad –o tal vez al impulso- disfruté de un tirón con la conmovedora relación de Mattia y Alice y todos los “números pares” que intervienen –en ocasiones de forma inconsciente– en sus complejas vidas.

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Autor: Paolo Giordano
Título original: La solitudine dei numeri primi
Traducción: Juan Manuel Salmerón Arjona
ISBN: 978-84-9838-205-1
Edición: enero 2010

Salamandra

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