La divina comedia de Oscar Wilde. Javier de Isusi.
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Javier de Isusi dibuja un paraíso para Wilde

Javier de Isusi publica en Astiberri 'La divina comedia de Oscar Wilde', un trabajo de más de trescientas páginas sobre los último años del escritor irlandés.

En 1895, Oscar Wilde fue condenado a dos años de trabajos forzados por sodomía y corrupción de la juventud. Cárcel, alcohol, ruina económica y vilipendio marcaron los últimos años de su vida. No es que los anteriores hubieran estado libres de escándalos. La existencia del insigne escritor irlandés fue un cúmulo de extravagancias, controversias y contradicciones. Gozó de una exquisita educación y una etapa de vida aristocrática; supo del éxito, la satisfacción y el gozo. Tras el infierno de la prisión, afirmó encontrarse en una especie de purgatorio parisino, un tránsito hacia el paraíso como en La Divina Comedia. Javier de Isusi parte de esta declaración para sumergirse en los tres últimos años de vida de Wilde.

El escritor e ilustrador vizcaíno aborda este oscuro período a través del comic. Cinco años de investigación, escritura y dibujo han dado su fruto: más de trescientas páginas dedicadas a todas las facetas, matices, escándalos de un autor que admira y fascina desde niño. La divina comedia de Oscar Wilde —publicada en mayo por Astiberri— se adentra en la compleja personalidad del escritor que busca el sentido de la vida y la merecida redención —ya había pagado su culpa en el círculo infernal de la cárcel— en el fondo de una (o varias) botellas de absenta.

"Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro", escribió Wilde, pero él no lo tuvo. Quizás por ello Isusi se lo dibuja.

Oscar Wilde murió exiliado en París en noviembre de 1900 a los 46 años, alcoholizado e incapaz de escribir una línea. El paraíso soñado que le hizo ver su etapa parisina como una transición se desvaneció ante la decadente realidad de esos últimos 36 meses. Isusi, ateniéndose fielmente a lo que se sabe del escritor, traspasa los límites de la realidad para situarlo en el edén ansiado. Rinde además homenaje a su obra e ideología mediante citas y referencias textuales que intercala en sus bellísimas acuarelas.

La biografía ilustrada de Javier de Isusi es un hermoso ejemplo de cómo la certeza de los datos y las “mentiras” que dibuja para Wilde encajan en el molde de la realidad figurada o la ficción documentada. En efecto, este recorrido en sepia por las calles del París del cambio de siglo, entremezcla verdades como puños, extraños compañeros de viaje —Manuel y Antonio Machado, un insolente Rimbaud, Toulouse Lautrec, Pío Baroja—, entrevistas imposibles con los protagonistas de la historia (André Gide, Reginald Turner, Lord Alfred Douglas), licencias narrativas (frases dichas por personajes que, en realidad, fueron dichas por otros personajes) y escenas inventadas.

Un cómic original, bello y muy bien informado. Creo que Isusi es un gran admirador de Oscar y transmite muy bien su drama y su fascinación. Ha hecho una obra de arte, nada mojigata –al contrario– y un alarde de placer y sabiduría”, escribe Luis Antonio de Villena en el prólogo de la obra.

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