James Rhodes acaba de cumplir los cuarenta. Lleva veinte sin beber alcohol, sin probar las drogas. Se ha forrado en la City londinense. Se ha subido con su piano a los escenarios de los más importantes auditorios del mundo. Tiene a Rachmaninov tatuado en la piel y a Bach en el alma. Porque fue el compositor alemán quien le salvó la vida. Lo cuenta él mismo en sus memorias. Un libro desgarrador que bajo el título Instrumental. Memorias de música, medicina y locura narra sin tapujos, sin un ápice de delicadeza, las repetidas violaciones a las que fue sometido por su profesor de gimnasia y durante más de cuatro años en un cuartucho sin ventanas dentro del mismo colegio.
Pero no sólo la violencia del acto en sí, sino las consecuencias, la vergüenza, la culpabilidad, la rabia infinita. Porque lo peor del abuso es lo que pasa después, cuando el pedófilo te traslada el mensaje de que no puedes contárselo a nadie. Todos lo hacen. Así te convierten en su cómplice. La narración es brutal, sobrecogedora, no dosifica los detalles, como tampoco escatima en poesía descarnada a la hora de contar cómo se agarró a la música: su tabla de salvación, el clavo ardiendo que terminó por devolverle la esperanza y el valor para escribir este libro de memorias que se ha convertido en el fenómeno editorial del último año.
El libro abre cada capítulo con un compositor atormentado —Beethoven, Mozart, Chopin, Schubert, Scriabin— y una entrada musical que Rhodes explica con una pasión tan ilimitada como su amor por la música, para volver a continuación al hilo de su propia experiencia vital. Desde cómo, tras conocer el significado de la palabra infierno con apenas seis años, la chacona para violín en re menor de Johann Sebastian Bach entró en su vida (a los siete) descubriéndole un mundo de emociones paralelas; hasta su periplo de drogas y autolesiones, alcoholismo e intentos de suicidio, depresión, confusión sexual, trastornos psicológicos… Un camino de autodestrucción que le conduce de cabeza de un psiquiátrico a otro, aunque es finalmente la música la única medicina capaz de arrojarlo de nuevo a la vida, porque la música es la respuesta a aquello que no la tiene.
Instrumental salió de la imprenta de Blackie Books el pasado 11 de noviembre; apenas un mes después se puso en marcha la segunda edición en español. Antes traducido a quince idiomas, es ya uno de los libros más leídos y recomendados del panorama literario de nuestro país. Yo, desde luego, lo recomiendo. Aunque no esperen hallar el más mínimo miramiento en el relato, sí un inmenso canto al poder terapéutico de la música.
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Instrumental. James Rhodes. Traducción: Ismael Attrache. Ilustración de cubierta de David de las Heras. Encuadernación cartoné. ISBN: 9788416290437. PVP: 19,90 €