Guillermo Martínez escribe ligero y preciso. Un estilo sutil y limpio, muy adecuado para un experto en números —licenciado en Matemáticas por la Universidad Nacional del Sur en 1984, doctorado en Lógica en 1992—, cuya dedicación a la literatura no le impidió completar sus estudios posdoctorales en Oxford. Para entonces ya había publicado un libro de cuentos (La jungla sin bestias) e Infierno grande, galardonado con el premio del Fondo Nacional de Artes de Argentina en 1989.
Después llegaron las novelas, ensayos diversos sobre la práctica literaria o autores como Borges o Umberto Eco, el beneplácito de la crítica y los éxitos de ventas. Mientras, su lenguaje se iba puliendo entre los cimientos de la ironía y la burla, los enigmas matemáticos, los límites del conocimiento, la investigación, y la docencia. Todo ello envueltos en tramas policiales, a veces oscuras, complejas.
Leo Perutz, Witold Gombrowicz, Henry James, Borges, Eco o los arcanos de Wittgenstein son los referentes literarios de este colaborador habitual de los principales diarios argentinos —La Nación, Clarín, Página 12—, y las matemáticas y la física cuántica los ejes sobre los que giran la mayoría de sus obras de ficción.
La noche del 5 de enero, Guillermo Martínez recibió en Barcelona el Premio Nadal por el manuscrito Los crímenes de Alicia. Un texto ambientado en Oxford en 1994. Por ahora sólo podemos adelantar algunas pinceladas anticipadas por la editorial Destino que publicará el título el próximo 5 de febrero: La Hermandad Lewis Carroll decide publicar los diarios privados del autor de Alicia en el país de las maravillas. Kristen Hill, una joven becaria, viaja para reunir los cuadernos originales y descubre la clave de una página que fue misteriosamente arrancada.
El libro premiado nació de una investigación personal sobre Lewis Carroll. Mientras indagaba sobre su vida y los símbolos del universo del escritor británico, descubrió que cuatro de sus diarios íntimos se perdieron de manera misteriosa durante el tiempo que sus familiares los tuvieron bajo férrea custodia. De los manuscritos conservados, unas sobrinas-nietas del autor destruyeron páginas comprometidas, se supone que con la intención de enmascarar ciertos secretos ¿inconfesables? Pero al tiempo anotaban los motivos que les llevaron a aniquilar dichas confidencias. Todos esos papeles dan lugar a la trama creada por Martínez.
Esta 75ª edición del premio ha sido la quinta que reconoce la obra de un escritor latinoamericano. Antes fueron los colombianos Manuel Mejía Vallejo (1963) y Eduardo Caballero Calderón (1965), el argentino Luis Gasulla (1974) y Juan José Saer (1987), también argentino.
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Los crímenes de Alicia. Guillermo Martínez. Será publicado por Destino el próximo 5 de febrero.