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El dilema de Paola

'El dilema de Paola' nos sumerge en el atractivo de la tentación y en la frágil ilusión del éxito. La primera novela de Cósimo de Monroy, que se bebe como un cóctel.

En el museo del Prado cuelga un cuadro de Jean-Antoine Watteau. Su tamaño no llama especialmente la atención del paseante circunstancial. Hasta que se detiene en el detalle. Entonces empieza a escuchar la música que se desprende del lienzo; a borbotones se sumerge en la magia de una refinada danza. Los personajes, diminutos y delicadamente ataviados, asisten al rito del amor. Una boda en plena naturaleza que poco se asemeja a las ceremonias convencionales. El pequeño óleo destila lirismo e ingenuidad. Sin embargo a Paola le fascina la sublime sensualidad encerrada en el corazón del mismo: la novia. Su gesto de felicidad.

Esa boda pictórica que descubre de niña en el Prado y unos zapatos rojos, marcan para siempre el subconsciente (y el consciente quizás también) de la hermosa protagonista de El dilema de Paola. La primera novela de Cósimo de Monroy (Editorial Huerga y Fierro) que tiene mucho de escapismo, de poética, de exquisiteces y de desobediencia. La obra relata una huida. Un correr hacia adelante en el que Paola es al tiempo hacedora y víctima de una conspiración un tanto maquiavélica. Y es que, de tanto vulnerar las reglas, Paola acaba perdiendo el control de su propia vida. Incluso de sus reacciones.

Glamour, exotismo, arte y fantasías eróticas fluyen en una trama cinematográfica que, bajo la apariencia de frivolidad, encierra un atractivo juego de máscaras y roles psicológicos. Pero también alberga grandes dosis de suspense. Muy bien dosificado, por cierto, a través de un lenguaje dinámico, ágil, punzante a veces, fiel al ritmo del argumento. Nadie sabe quién es quién en ese baile de disfraces que se desarrolla en diferentes escenarios. Una boda en Fez, el ático de Paola en Madrid, las calles de París, hoteles de lujo, museos, fiestas extravagantes… Como nada hace presagiar el apoteósico final en el Victoria & Albert Museum. Los personajes, todos ellos inquietantes, dirimen sus pasiones en un mundo repleto de luces y sombras, espejismos y tentaciones en el que se intuye la presencia literaria de autores como Durrell, Ripley o Highsmith. Así como ciertos tintes enigmáticos propios de algún film de Haneke.

Cósimo de Monroy es Bruno Ruiz Nicoli. El alter ego literario en versión vividor de un hombre refinado y culto, fascinado por el arte. Transgresor y hedonista, el autor lleva en el ADN el gen de la Toscana, la aristocracia y la cultura. Una herencia que refleja en El dilema de Paola, con la que abre una serie de relatos —Los Dilemas— para hacer perder el control. Obras tan divertidas como transgresoras donde sus protagonistas viven al límite, siempre contra las cuerdas.

En la edición, Cósimo de Monroy colabora con el ilustrador Abe the Ape (Abraham Menéndez), cuyos bellísimos dibujos materializan en blanco y negro tanto la esencia como el carisma de Paola. Eso sí, sin arrebatar al lector ni un ápice de su libertad de imaginar.

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El dilema de Paola. Cósimo de Monroy. Ilustrado por Abe the Ape. Editorial Huerga y Fierro. Colección: Narrativa. ISBN: 978-84-945288-7-3