La primavera en Memphis suele ser cálida y húmeda. Como lo era esa tarde de mayo del 56 en la que Anne Fulcino, publicista de la RCA, pidió a Alfred Wertheimer tomarle algunas fotos al chico blanco de la música negra que andaba revolucionando los escenarios sureños y todos los estudios de radio. “Elvis, ¿qué Elvis?” Y es que ni siquiera el gran fotógrafo de origen alemán —que entonces no era tan grande— podía sospechar que estaba a punto de nacer una leyenda. Mucho menos que él mismo se iba a convertir en su sombra.
De hecho, y aunque aún le faltaban un par de caderazos electrizantes para conquistar el mundo, ya había nacido. Y Wertheimer, que ya tenía experiencia como retratista de estrellas del rock, no dudó en aceptar el encargo pese a no conocer al tal Elvis. Hizo bien. Muy bien. Pues la química fluyó al instante y cuando Elvis Presley se convirtió en la última sensación de la música norteamericana Al Wertheimer ya era su fotógrafo oficial. Mucho más que eso, en realidad. La relación cantante-fotógrafo se había consolidado desde aquel primer verano en el que Alfred fue inmortalizando cada uno de los momentos de la gira de la nueva estrella, tanto dentro como fuera del escenario.
Wertheimer atrapó instantes únicos, imágenes tan espontáneas como los coqueteos de Elvis con las fans, los viajes en tren, los ensayos frente al piano en la intimidad de una habitación de hotel, grabaciones, conciertos… Durante aquel año, el fotógrafo tocado por la fama tomó cerca de tres mil instantáneas, creando sin saberlo el retrato de un hombre al borde del estrellato. De una intimidad y extensión incomparables, Wertheimer inmortalizó a un joven que, como él, se disponía a hacer historia. Y aunque la mayoría de esas imágenes durmieron en un cajón durante dos décadas, tras la muerte de Elvis Presley el 16 de agosto de 1977, dieron la vuelta mundo como ejemplo la metamorfosis de la música pop y la transformación cultural de los Estados Unidos.
Bajo el título Alfred Wertheimer. Elvis and the Birth of Rock and Roll, la editorial TASCHEN recopila, en una magnífica edición de arte —limitada a 125 ejemplares numerados y firmados por Alfred Wertheimer— y otra recién estrenada edición básica, las imágenes más destacadas de aquel año mágico del 56, así como una selección de su histórica colección de 1958, en una base militar alemana.
Además, cada capítulo está ilustrado con un cartel original de Hatch Show Print, una de las imprentas tipográficas más antiguas de Estados Unidos creadora de muchos de los carteles tempranos del Elvis de los 50.
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Alfred Wertheimer. Elvis and the Birth of Rock and Roll
Chris Murray, Robert Santelli
Tapa dura, 26,5 x 37,4 cm, 360 páginas
€ 49,99
Fiber-based gelatin silver print, 17.3 x 12.3 in., hardcover volume in clamshell box, 12.3 x 17.3 in., 418 pages
€ 1.250
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