El principio fue en rojo y negro. Como aquella novela de Stendhal donde se aglutinan pasiones, normas inquebrantables, hedonismo y arte. Pero no es el romanticismo el rasgo más característico del trabajo de Alfonso Casas. Sí ambos colores. Al igual que los trazos gruesos, esbozados casi en clave naif, sencillos y directos. Con estos ingredientes, grandes dosis de vitalidad y varios gramos de ironía, comenzó el aragonés su andadura en el mundo de la ilustración. Eso y una vocación inquebrantable que le empuja desde el inicio a dibujar cada día.
Alfonso Casas Moreno nació en Zaragoza, estudió Magisterio y después Bellas Artes. Jamás pensó que podría vivir de la ilustración, su vocación verdadera. Él, que se autodefine como ilustrador y perdedor del tiempo profesional, es uno de los dibujantes del momento que comenzó a compartir sus creaciones en un cuaderno Moleskine. Las Redes Sociales (Instagram y Facebook) allanaron en gran medida el camino hacia el reconocimiento público. Sin embargo, los libros Amores minúsculos o Se(nti)mental le abrieron las puertas del triunfo definitivo.
Su trabajo siempre gira en torno a esas pequeñas historias, esos lugares comunes por los que todos hemos transitado. Tal vez ahí resida el secreto de su éxito: la facilidad con la que el lector se identifica e identifica situaciones, sentimientos, espacios, momentos.
Sin renunciar a los escenarios del día a día, Alfonso Casas avanza en su carrera artística con un nuevo proyecto que se desmarca de su lenguaje habitual. Abandona las líneas recias y su reducida paleta cromática, adentrándose en la vorágine del color, el dibujo complejo y un diseño más elaborado y narrativo. De este nuevo impulso profesional nace El final de todos los agostos, su última novela gráfica que Lunwerg pondrá a la venta el próximo 26 de septiembre.
El protagonista, Dani está a punto de casarse. Justo antes de dar ese gran paso, decide hacer un viaje al pueblo donde veraneaba de niño con el fin de repetir aquellas fotos de hace veinte años y, sobre todo, encontrar a un gran amigo de entonces.
En El final de todos los agostos, el ilustrador muta su sarcasmo en ternura y nostalgia para abordar temas como el primer amor, la amistad o el paso del tiempo. También abandona su tradicional “doble página”, creando una obra más madura que muestra el lado sensible del autor y nos lleva del pasado al presente a través del color. Se trata de un viaje de vuelta al origen, a la infancia, el verano, los recuerdos. Una historia de amistad, de amor, de elecciones difíciles, explica.
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El final de todos los agostos. Alfonso Casas. Tapa dura con sobrecubierta. ISBN: 978-84-16890-34-7. A la venta el 26 de septiembre de 2017. Lunwerg Editores.