Breve mente. De entre las lecturas que me acompañan sobresalen y permanecen inalterables Antonio Porchia y Jorge Wagensberg. Al primero llegué por una referencia como ésta, en abril de 2006, con gran curiosidad y mucho acierto. Al segundo el mismo año, por casualidad, revolviendo los estantes de la Casa del Libro de Gran Vía.
Del primero, de Porchia, la edición de pre-textos "Voces reunidas", la más completa recopilación de las "voces" de Porchia, realizada con cariño por familares y amigos. Del segundo, de Wagensberg, cualquiera y sobre todos sus recopilaciones de aforismos sobre las incertidumbres "Si la naturaleza es la respuesta ¿cuál era la pregunta?" o sobre lo fundamental, lo natural o lo cultural en "A más cómo, menos por qué". Para los que encontramos gran placer siempre en la poesía y sentimos inquietud ante la vida, ambos son de ineludible y permanente lectura.
Como extensión del conocimiento, a ellos he unido otro más reciente y que tampoco puedes obviar: América Valenzuela en la recopilación de su siempre interesante y entretenida "Ciencia al Cubo. Por qué los elefantes saben contar".
Y sobre lo indispensable de estas lecturas, no tengo nada más que decir.