La llegada de las zapatillas al vestuario formal fue impactante. Lo hicieron como suele ocurrir con las cosas que se convierten en tendencia, adquiriendo un anglicismo y materializándose en las calles internacionales de París y Nueva York. Fue así como las sneakers cobraron sentido junto a un traje de chaqueta, con una camisa de seda, una blazer masculina oversize y unos pantalones de pinza y raya diplomática de bajo subido.
Sustituyeron a los stilettos y castellanos de toda la vida y las oficinas más innovadoras se llenaron de mujeres y hombres que calzaban Nike, Adidas o converse en su versión más impoluta y, en la mayoría de los casos, conservando ese toque clasista que se encuentra en el negro o el blanco. Una técnica depurada que nunca falla.
Fue entonces cuando las marcas decidieron poner toda la carne en el asador y reinventar algunos de sus grandes clásicos con el fin de convertirlos en los ‘must’ de oficinas y street-style. La tendencia ha ido sobreviviendo al paso de las temporadas y los nuevos descubrimientos de la moda, hasta tal punto que todo el mundo del sector ha querido sacar provecho de la situación: campañas que se multiplican, acciones de marketing acentuadas y bloggers. Much@s bloggers.
Por supuesto también están aquellas empresas de toda la vida con un público muy concreto que se ha visto involucrado en todo este fenómeno. Es el caso de Vans y la que se convertirá en la zapatilla del 2017: la old skool. ¿La razón? Probablemente la falta de explotación, por ahora, del modelo.
Las pasarelas de Nueva York han visto pasar espectadoras de la industria que han combinado el calzado de la marca preferida por los skaters junto a vestidos y faldas que, a simple vista, no imaginarías con una creación de los años 70, por entonces conocida como ‘modelo 32’ que trajo, por primera vez, la conocida ‘sidestripe’ o línea que identifica a la marca.
Una obra de arte dentro del mundo del ‘underground’ que probablemente perderá su característico origen para convertirse en un indispensable de los zapateros de medio mundo…