68 son años más que sufientes como para poder haberte caido y levantado durante todas las ocasiones necesarias para dar forma a un imperio en el que la sofisticación, la calidad y la elegancia se han acabado imponiendo a través de pequeños deslices a lo largo de la vida. Pero no siempre son válidos para dar fin a una historia que, perfectamente, podría acabar de empezar, como la de Carmencita. La misma mujer que, a los 68 años, abandona un mundo, el de la moda, al que no solamente le brindó pasión y ganas, sino que consiguió moldearlo hasta convertirlo en un espacio habitable y confortable bajo el rótulo de Sita Murt.
Una vida y una iniciativa marcada por la juventud y una dinastía catalana textil que convirtió una marca española referente del punto a nivel nacional e internacional, estando presente en salones tan importantes como Coterie, en Nueva York, Paris sur Monde o Premium, en Berlín. Una historia en la que la mujer se convirtió en el centro de cualquiera de sus trabajos, elaborando colecciones al servicio de la figura femenina y sus necesidades, haciendo del día a día una aventura extra a la que someterse siempre bajo el influjo del buen vestir y el estilo. Dedicada a una mujer con criterio, como definió en alguna de sus entrevistas, Sita Murt no solo ha sido responsable de convertir la firma en una empresa con renombre en el sector, sino que fue capaz de sacarla a flote y volver a llenarla del espíritu que siempre le había acompañado desde los inicios: el de convirtir la moda y los negocios en la combinación perfecta.
Una muestra más de que la moda española no solamente vive de recuerdos icónicos, sino que las grandes historias, aunque no estén acabadas, siempre pueden venir escritas por el talento, la tenacidad y la pasión, con el fin de transformarlas en un gran arte…