Si no hace mucho hablábamos de que los locales pasarían a convertirse en el centro de atención de las marcas de lujo en cuanto a ventas se refiere, parece ser que a la tendencia del cliente potencial se suma un nuevo país. Porque en moda las tendencias no se concentran exclusivamente en el papel, por supuesto…
Efectivamente, parece que los occidentales tienen un nuevo objetivo para sus empresas de lujo y, en particular, para sus pequeñas fortunas. Atrás quedaron los años en los que China se convertía en el núcleo del desarrollo para firmas como Louis Vuitton o Gucci, un terreno sobreexplotado que ahora, con la oscilación en los gastos y el consumo de los nuevos compradores, la adaptación no se ha convertido en una opción. Los chinos continúan en el sector, pero convirtiéndose en un perfil de comprador que gastará, según se estima, 29 mil millones de dólares en las tiendas situadas en Corea del Sur. No está nada mal, ¿eh? Por supuesto los encargados de que estas cifras se lleven a cabo no son otros que los influencers asiáticos que van desde estrellas del k-pop hasta youtubers.
Y nada mejor que tener como ejemplo un botón: Estee Lauder no se lo pensó ni un momento a la hora de contratar para presentar su neuva línea de maquillaje a Kendall Jenner y a Irene Kim, la influencer con orígenes coreanos y el pelo en formato arcoiris, lo cual le ha venido genial para dirigirse hacia el público que rompen las reglas, como dicen ellos.
Chanel tampoco se ha quedado atrás: para la casa Corea del Sur es el país más influyente de Asia, marcado por creatividad y energía, una cultura juvenil y, por supuesto, celebrities poderosos que han conseguido llegar a Japón y China y que comienzan a dejarse ver en el front-row de los desfiles más importantes de París. Este fue el caso, precisamente del cantante G-Dragon en la presentación de la colección alta costura de Karl Lagerfeld Y Alexander Wang no dudó en incluir una canción suya para uno de sus desfiles.