Dicen que el tiempo todo lo cura o, a modo de ‘consuelo de tontos’, que al menos hace olvidar lo justamente necesario como para convertirlo en un vago recuerdo sobre el que prevalecen otro tipo de virtudes. Un hecho que en los últimos días ha tenido lugar en el mundo de la moda con la reincorporación de John Galliano al sector industrial.
El ingenio y la audacia del gibraltareño han vuelvo a recuperar su lugar que, hace tres años, fue arrebatado por un escándalo público en el que la cara más visible de la casa Dior volvía a hacer real el mito de los vicios en el mundo de la moda, al que le sumaba el antisemitismo. Un acontecimiento que el tiempo y el olvido han convertido a favor, otorgándole una segunda oportunidad en calidad de diseñador creativo de la línea de alta costura y prêt-à-porter de Maison Martin Margiela.
Una empresa que si bien podía no estar recogida entre el futuro más cercano de Galliano, hace del hecho algo totalmente previsible y repetitivo; algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones, como es el caso de Kate Moss, quien volvió a las pasarelas tras haber sido repudiada por grandes firmas del sector, como Burberry, debido a su adicción a las drogas. ¿La razón de este regreso triunfal? La escasez de talento en el mundo. Desde la propia Maison han asegurado que John es uno de los grandes de todos los tiempos, algo que no se puede discutir tras más de 15 años en el ‘cerebro’ de Dior, siendo reconocido a nivel internacional como uno de los diseñadores más reconocidos de la era.
Un hecho que se antepone a la retirada de la más importante distinción francesa, la Legión de Honor, y que ahora vuelve a situarlo en el punto de mira desde una perspectiva totalmente diferente: la del desterrado inconformista y visionario que en enero del 2015 hará de la alta costura un momento único para demostrar su ‘rehabilitación creativa’…