Es una de las mujeres más ricas del mundo, conocida por sus orígenes en el mundo de la música, su marido, su anatomía, su forma de moverse y, por supuesto, por su pasión por la moda. Beyoncé siempre se ha rodeado de los diseñadores más prestigiosos del mundo entero, llegando a convertir una gira propia en todo un desfile de agujas: Alon Livne, David Koma, Kenzo, Dennis Kolpodinos, Pucci, Ralph & Russo y para vestir sus pies, en exclusiva, ya se encontraba Stuart Weitzmann.
Esta muestra de despliegue de talento ocurrió en 2013, algo que no deja nada que envidiar a su particular armario de ‘estar por casa’, en el que no falta ni una sola prenda de la conocida firma británica Topshop. El espíritu urbanita, desenfadado y rebelde de la marca ha hecho que la cantante encuentre todo un santuario donde, a un precio bastante asequible, hacerse con los grandes básicos. Una pasión que, tratándose de Beyoncé, estaba claro que no iba a quedar ahí.
En una de las visitas que hizo a la capital de Reino Unido en febrero sirvió para ir creando las bases de un proyecto que acaba de explotar: la creación de una marca propia por parte de Beyoncé y Topshop que se llamaría Parkwood Topshop Athletic Ltd. Y sí… no se trata de una colaboración puntual. La estadounidense ha debido de pensar que las colecciones cápsula son cosas de cobardes y ha encontrado en el mundo del deporte y la moda la conexión perfecta para dar a conocer, probablemente en otoño del 2015, un nuevo concepto que cuenta con la experiencia de una marca muldialmente conocida para dar forma a ropa, calzado y accesorios especializados en danza, fitness y otras categorías deportivas.
Una imagen con curvas, defensora de la feminidad y con una visión de futuro que encaja a la perfección con la filosofía de Topshop y que saltará de los escenarios para llevar el éxito al mundo del sporty-style. De esto no nos cabe la menor duda…