Y no, no me refiero a las eternas que calzamos y que salvan hasta al outfit más rocambolesco, aunque también vamos a hablar de ellas. Ahora las protagonistas son todas esas mujeres que dedicaron parte de su infancia a las clases de ballet con el fin de hacer de la flexibilidad una de sus grandes virtudes. Queridas enamoradas del ballet: es vuestro momento.
Parece que este otoño-invierno 2016/17 está dedicado a esas personas que sueñan y suspiran al pensar en la feminidad que desprende un tutú y el carácter de los zapatos con los que se fantaseaba mientras una aprendía a dominar las ‘punteras’ de principiantes. El vestuario de la danza se convierte en la inspiración para las próximas colecciones. Directo de las pasarelas internacionales a la tienda de Zara que hay dos calles más abajo de nuestra casa.
Los gigantes del low-cost cargan los escaparates de vestidos o cuerpos que hacen del tul el tejido estrella. Las bailarinas ahora adoptan la forma original y se adornan con cintas decorativas que atar a los tobillos. Acabados brillantes y metalizados en satén y gasa que consiguen el toque boho que, por lo que parece, se está convirtiendo en un clásico del streetstyle.
Esto, sumado al terciopelo, a la superposición de capas de diferentes longitudes y a las lentejuelas parece que conforma el panorama que veremos en las calles en los próximos meses. O al menos eso intentaremos porque a ver quién tiene narices de hacer un mix bailarina-nochevieja para ir a trabajar… En fin, ¡suerte!