La tensión sexual en el cine, en la televisión, no es que sea un elemento más con el que se puede jugar, es una obligación. Si no hay tensión sexual entre al menos dos de los personajes, no hay serie. O película. No nos motiva. Pero la vida no es así. La tensión sexual no se da con tu compañero o con tu compañera de trabajo siempre, ni en todas partes, ni tan a menudo. La verdad es que hay que ir forzándola un poco. Y entiende que no me refiero a la tensión sexual que nos empuja individualmente, la que aprieta y nubla la visión, distorsiona la realidad y nos lleva a hacer tonterías, me refiero a esa atracción irresuelta entre dos o más personas, la que se sostiene como en un queremos pero no nos animamos por lo que sea, por al vergüenza, por el miedo a estropearlo, por el respeto o simplemente porque somos así de tontorrones y nos gusta mucho oler el plato sin meter cuchara.
En la vida real, esta que a veces nos llena de satisfacciones y placeres, cuando te encuentras con esa química de todo me tira hacia ti, la tensión sexual no dura mucho. No suele, con eso de que somos mayorcitos y de que ya sabemos lo que nos apetece y que adios al romanticismo y a dárnoslo todo en el primer encuentro sin miramientos. Con lo intenso, emocionante, divertido y estupendo que es todo cuando se juega un tiempo al que me gustas y que no me gustas, que me apetece pero no es el momento, que te lo comería todo pero me voy a dar a este cóctel tan rico y cuando llega esa momento en el que te tira del tanga hacia abajo estás ya que no puedes con tu vida de tanta tensión sexual entre los muslos y a sabiendas de la tensión sexual de todo lo suyo.
Claro que ¿cuánto aguanta una la tensión y cuando se cansa o dónde está límite? Nena, yo sólo sé que me ha pasado que por alargar el divertimento o desaparece él o una pierde el interés. Así que a no ser que no lo tenga claro, que no tenga claro que de verdad me apetece -que me pasa, en serio- y que lo quiero (y entonces no me ando en tonterías no sea que se me escape la oportunidad y la oportunidad no está para que se escape), pongo en juego el coqueteo, la insinuación, el detallito que dice como que dice pero sin decir como cuando muestra escote sin mostrar pecho, con elegancia (toda una habilidad para la que se necesita mucho entrenamiento). Y a veces funciona y a veces no, pero cuando funciona y te das cuenta de cuando es el momento de romper la tensión y pasar a la acción, entonces, ah! premio. Pasar del plano general al plano detalle, así, de golpe, es muy del porno, pero para la emoción, yo estudio siempre un par de planos intermedios, medio largo, semiprimer plano, plano corto y a la boca un primerísimo primer plano a placer.
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Imágenes de la colección Cabaret de Amoralle.
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