Detrás de la letra D había un economista, Donald Mc Closkey (1942- ). Se trataba de un economista bastante conocido y brillante. Doctorado por Harvard, había trabajado en el área de historia económica, en concreto la referida a la Gran Bretaña de los siglos XVIII y XIX. Pero Donald se hizo muy famoso por su estudio de la retórica de la ciencia y en particular de la ciencia económica. Cuestionó el cómo hacemos las cosas los teóricos de la economía y señalaba a la retórica como uno de los puntos negros de nuestra ciencia.
Pero detrás de esta D., había además una persona insatisfecha y frustrada porque no se hallaba en armonía con su propio yo. En el año 1995, Donald, de 52 años, casado desde hacía 30 años, con dos hijos ya mayores, decidió cruzar la frontera y se transformó en Deirdre. Dejó atrás años de travestismo a escondidas en los que jugaba a no ser reconocida como hombre con vestidos heredados de su mujer. Deirdre cuenta en su libro “Crossing” la tortura física de las operaciones, la electrolisis en la barba durante dos años, la educación de la voz, la fortuna invertida en el proceso. Y sobre todo, el dolor psicológico al ver que ni tu mujer ni tus hijos lo aceptan ni entienden. Al revés, la familia se puso de acuerdo con su hermana y una compañera de la universidad y Deirdre fue ingresada por dos veces en un hospital psiquiátrico para que los médicos comprobaran que estaba en sus cabales. Y estaba. Está.
Hasta entonces esas cosas del cambio de sexo eran propias de “otro tipo de gente”, de locas de la farándula ¿no? Pues no. Y esa realidad aplastante escoció (y escuece) a muchos. Deirdre es una mujer valiente y no se arredró. Siguió y sigue ejerciendo y publicando. Se fue a vivir unos años a Holanda donde la Erasmus University de Rotterdam la aceptó con los brazos abiertos. Fue elegida por sus colegas presidenta de la American Economic History y actualmente es tan brillante, reconocida y fantástica como antes. Mi artículo preferido de Deirdre McCloskey es “The Rethoric of Liberty”. Por el momento...