Como he comentado en artículos anteriores, las emociones tienen una función adaptativa y de gran relevancia para la supervivencia, por lo tanto si partimos de esta premisa estas adquieren un papel fundamental en la toma de decisiones y la solución de conflictos. Parafraseando a Parsons “Debemos aprender a gestionar las emociones, sin reprimirlas pero también sin dejarnos que nos tomen de rehenes”. Es decir que una vez que tomamos consciencia de la importancia de las emociones tenemos que saber realizar una buena y efectiva regulación emocional, no se trata en ningún caso de volverse una persona fría y capaz de controlar las emociones al milímetro ni dejarse llevar por las emociones sin pensar, como en todo hay que buscar un equilibrio.
Las personas no siempre controlamos las emociones de una forma específica, ni de la misma forma, elegimos diferentes estrategias, de manera individual podemos hacer una regulación emocional automática, donde el trabajo emocional nos puede demandar una "actuación" que puede ser profunda o superficial (autentica o no), por ejemplo, imaginemos una enfermera atendiendo a una persona por la que tiene cariño, debe mostrar una emoción positiva y de empatía, como parte demandada por su trabajo, esta emoción será experimentada de forma espontánea y genuina por lo que la enfermera no estaría actuando o fingiendo y no es necesario un esfuerzo emocional dando lugar a una "armonía emocional", una concordancia entre la emoción que se espera que sienta y la sentida en realidad, pero supongamos que la situación varia y la misma enfermera tiene que atender a una persona que le desagrada, en este caso se espera la misma emoción positiva pero la enfermera deberá llevar a cabo un actuación superficial ya que debe mostrar una emoción delante del paciente que no siente por lo tanto dará lugar a una disonancia emocional y podemos llegar al caso en que la enfermera sea incapaz de mostrar la emoción requerida por lo que habría una desviación emocional la cual puede ser intencionada o no quizá debido al agotamiento emocional al que este expuesta.
En este ejemplo las respuestas emocionales son dentro del ámbito laboral pero se pueden dar en cualquier interacción, por ejemplo, pensemos en las cenas navideñas, se espera que se muestren una serie de emociones pero puede que no sean sentidas por lo que se realiza el mismo trabajo emocional extra y podemos estar expuestos a las mismas disonancias emocionales. Por ello es importante saber llevar acabo una buena regulación emocional, utilizar diferentes estrategias de afrontamiento, es importante ser conscientes de nuestras emociones y de las demandas por nuestro entorno, y así poder desarrollar una capacidad de control de nuestros impulsos adecuándolos a las circunstancias, aunque a priori parezca algo complicado podemos empezar con controlar la duración de emociones como la ira, podemos hacer que dure más o menos tiempo y eso es algo que depende de nosotros, por ejemplo si intentando relajarnos ante esa ira, respirando pausadamente, pensando con calma, con ello no se trata de que intentemos reprimir esa emoción sino minimizar la parte negativa que repercute en nosotros buscando un equilibrio. Intentar entender a los demás y lo que sienten, sus emociones, también nos permitirá entender muchas de sus actuaciones y al comprenderlas posiblemente nos causen menos frustración o cuanto menos nos permitirán tener más información para saber como actuar y finalmente motivarnos cada vez que realicemos una actividad ya sea laboral o personal, buscar la parte positiva y enfrentarnos a ella pensando en lo que nos puede aportar, siendo optimistas obtendremos muchísimos más beneficios que si somos pesimistas o derrotistas… siempre es mejor ver el vaso medio lleno que medio vacío….