Hacer ejercicio con regularidad contribuye a que seamos más felices, y no solo porque mejore nuestra salud, o estéticamente nos veamos mejor, sino que se desencadena una serie de reacciones químicas en nuestro cerebro que nos hace sentirnos más eufóricos y positivos.
Pero ¿qué es lo que ocurre realmente en nuestro cerebro? cuando comenzamos a realizar ejercicio nuestro cerebro a medida que la presión sanguínea se incrementa, lo interpreta como si estuviéramos luchando contra un enemigo o huyendo de él, y para protegernos del estrés que esto causa libera una proteína (BDNF) que posee un elemento protector y reparador que afecta a las neuronas, simultáneamente, las endorfinas, también son liberadas por el cerebro, bloqueando la sensación de dolor y contribuyendo a la sensación de euforia.
Hay diversos estudios que han demostrado que el ejercicio retrasa la muerte neuronal y favorece al nacimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, además cuanto mayores son las facultades anaeróbicas de la persona más veloces son sus conexiones neuronales, lo que se refleja en una mejora de las habilidades lingüísticas y del pensamiento lógico.
Pese a que podemos creer que necesitamos una gran cantidad de ejercicio la realidad es que tan solo necesitamos una cantidad pequeña, alrededor de 20 minutos de ejercicio para alcanzar el nivel donde la felicidad y todos los beneficios mencionados, puede aumentar.
Con esta pequeña cantidad de ejercicio mejora el estado de ánimo, la productividad y la sensación de bienestar, pero también es cierto que con el tiempo necesitamos mayor cantidad de ejercicio, nos apetece hacer más, esto es consecuencia de que las endorfinas liberadas son adictivas, por ello a medida que pasa el tiempo, necesitamos hacer más ejercicio para alcanzar el mismo nivel de euforia, por lo que su comportamiento es similar a la adicción que provocan por ejemplo las drogas. Pero, la gran diferencia en este caso, es que el ejercicio es positivo para nosotros.
Por lo que el ejercicio no solo es bueno para el corazón, también lo es para nuestro cerebro, combate el estrés, es un antidepresivo, protege contra el envejecimiento, y nos hace ser más eficientes, así que ya sabemos hay que aplicarse “Mens sana in corpore sano” y seremos más felices.