Miguel de Unamuno escribió “De razones vive el hombre, de sueños sobrevive” y es que el mundo de los sueños es algo que ha rellenado hojas y hojas en la literatura pero también ha inquietado en las investigaciones, ¿Por qué soñamos? ¿Se pueden interpretar los sueños? ¿Soñamos siempre?
Todos soñamos, es un hecho comprobado científicamente, pero no siempre recordamos lo que hemos soñado. A los pocos minutos de despertarnos hemos olvidado casi todo lo que hemos soñado, pero cuando soñamos estamos llevando a cabo una función biológica y psicológica. Una de las funciones de los sueños es entrenarnos ante situaciones extraordinarias con las que podemos encontrarnos en nuestra vida real. Además cuando descansamos nuestro cerebro recupera y es capaz de utilizar los recuerdos con mayor claridad, al no estar en el estado de vigilia, es decir, nuestro cerebro reactiva patrones de actividad neuronal que se han llevado a cabo mientras estamos despiertos de forma que se fortalecen los recuerdos y también se fortalece el análisis del aprendizaje nuevo que ha tenido lugar durante el día.
A través de pruebas como la tomografía por emisión de positrones (TEP) podemos saber que áreas del cerebro están involucradas en los sueños, las partes de la corteza asociada con las imágenes visuales y la percepción del movimiento se activan incluso más que cuando estamos despiertos, lo mismo ocurre con áreas del cerebro que están asociadas a las emociones. En cambio la corteza prefontral dorsolateral que es nuestra parte encargada de la “lógica” está menos activa, puede que por ello algunos sueños parezcan carecer de lógica.
Y de los sueños que recordamos ¿Podemos interpretarlos? ¿Tienen algún significado? Freud sostenía que a través de la interpretación de los sueños podíamos saber lo que conscientemente no se acepta, los deseos reprimidos, pero es algo que a día de hoy no tiene ningún fundamente científico, al igual que los millones de libros editados o personas que dicen que pueden interpretar el significado de los sueños, realmente no hay una base que nos permita comprobar que esto es cierto, es decir si partimos de la idea de que cada uno puede dotar de un significado distinto lo que nos rodea y que nuestro cerebro interpreta de diferente forma los estímulos y las circunstancias cabe pensar que no se puede estandarizar el significado de un sueño, mezclamos sentimientos personales y propios, con imágenes, emociones, un montón de piezas personales para formar nuestro propio puzzle, con lo cual la interpretación debería contar con rasgos personales de cada uno, vivencias individuales y de ahí intentar dar forma a un significado, pero a día de hoy no hay forma de comprobar ni siquiera que lo que hemos soñado tenga por finalidad algún mensaje, puede ser que los sueños sean el resultado de la activación neuronal para cualquier fin que aún desconocemos.
Al fin al cabo los sueños, sueños son, pero influyen en nuestra supervivencia más allá de la parte poética que conllevan.