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El poder de una sonrisa

La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano decía Víctor Hugo...

Una de las expresiones faciales que nos caracteriza como humanos es la sonrisa. Sonreímos desde que nacemos. Nos sentimos bien cuando sonreímos y la risa nos produce una sensación de bienestar generalizado beneficiándonos no solo psicológicamente sino también físicamente.

A nivel cerebral son muchas las partes implicadas, cuando sonreímos o nos reímos diversas regiones del cerebro, como por ejemplo el lóbulo frontal, que se encarga de las respuestas emocionales, se activan. Por su parte el sistema límbico, relacionado con la motivación y el comportamiento emocional, juega un papel fundamental en la creación de la risa. Al sonreír en nuestro cerebro se activa una serie de conexiones que nos hacen generar endorfinas, éstas actúan en nuestro organismo como un analgésico natural provocándonos un efecto sedante revitalizando nuestro sistema inmunológico.

Los primeros estudios sobre la sonrisa como expresión facial se llevaron a cabo por el neurólogo francés Guillaume Duchenne, a mediados del siglo XIX, quién investigó y catalogó los diferentes tipos de expresiones faciales, entre ellas la sonrisa. Dicho investigador inspiró a Charles Darwin en posteriores estudios, tras los cuales teorizó sobre que la expresión facial intensificaba las emociones y la supresión de ésta disminuía la respuesta emocional.

Una curiosidad de las sonrisas en el ser humanos es que somos capaces de generar sonrisas que no son del todo auténticas, como las llamadas “sonrisas sociales”, pero también somos capaces de detectar las sonrisas verdaderas de las que no lo son, pudiendo discriminar así las reales y que nos hacen confiar en los sentimientos expresados por la otra persona, además las sonrisas auténticas nos hacen parecer ante los demás más agradables y competentes, por lo tanto la respuesta de las personas que tenemos enfrente ante una sonrisa hace que sean más positivas y nos permitan tener una mayor facilidad para solucionar problemas o llegar a acuerdos.

Y pese a que una sonrisa no es la solución a todos los problemas que se nos pueden presentar a lo largo de nuestra vida, sí es cierto que al sonreír tomamos una actitud positiva y así conseguiremos enfrentarnos a ellos de otra forma, más saludable y beneficiosa.

Parafraseando a Víctor Hugo apliquémonos su frase de que “La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano”, así que sonriamos un poco más de lo que lo hacemos normalmente, es fácil y muy beneficioso.