Hoy es el día del libro. Esta noche es la noche de los libros.
Eso del “día de…” la verdad es que es cansino. Sin embargo el día de hoy – día del libro – me gusta. Y más teniendo en cuenta dónde estoy escribiendo en este momento. Fijaros, que estoy pensando si proponer a los máximos responsables de loffit que instauren el “día del Book In”... De todas formas, el día del libro debería ser todos los días, porque si no fuera por los libros, nadie – y cuando digo nadie, quiero decir nadie, sabría hablar de forma más o menos decente -. Por si alguien tiene alguna duda, sin libros no habría lectura, ni escritura, ni comunicación. Dejemos de lado todo discurso sobre las bondades de la lectura en el que se dice que leer es cultura, que se aprenden cosas nuevas, que hace crecer la imaginación, desarrolla el espíritu de convivencia,… Si, todo esto es cierto, pero si vamos a lo básico, al principio de todo, el beneficio más importante que te da la lectura es el desarrollo de tu capacidad para comunicarte. Ni más ni menos.
Para conmemorar este día, hoy me vais a permitir que no recomiende ningún libro y al tiempo, recomiende todos. Lo que si voy a hacer es contaros cuáles son mis premisas – las mías – a la hora de leer un libro. Estos son los que considero mis derechos como lector:
La lectura no es una obligación. Propóntelo como un reto, una medicina, como vitaminas para el cerebro. Ejercitar tu cerebro es una de las cosas que agradecerás con los años, siendo la lectura una de las actividades más eficaces para ello. Pero que no sea una obligación. Si sientes que es así, es mejor que lo dejes y vuelvas cuando estés preparado. Si no lo haces, podrías llegar a odiar la lectura.
No es necesario que termines un libro si no te gusta. Ya se que algunos se echarán las manos a la cabeza con esto. Aún así, insisto y me reafirmo en ello. Hay títulos eternos de la literatura universal de todos los tiempos que son un ladrillo y no es necesario hacer un sacrificio para leerlos, sólo porque son lo que son. Hay grandísimos autores que pueden enamorar a unos y provocar auténticos bostezos en otros. Si no te gusta un libro, lo cierras por donde vayas y a por otro. Aún así…
…. Permítete volver a intentarlo. Leer un libro es algo tan especial, que tu opinión sobre él siempre va a estar influenciada por el momento que estés viviendo, por el estado de ánimo que tengas en ese instante. Es muy posible que al segundo o tercer intento, el libro en cuestión te sorprenda, hasta el punto de dudar si era ese el que dejaste a medias una vez.
Si crees que puedes saltarte alguna página, no temas hacerlo. Uno de los mejores libros de los últimos tiempos es, siempre según mi subjetiva opinión, Los Pilares de la Tierra. Está muy bien que Ken Follet dedicara horas y horas al estudio de los materiales de construcción de las catedrales en la Edad Media. Está muy bien también que quiera contárnoslo, pero puede que haya a quien le resulte un tanto aburrido. ¿No os ha pasado con este u otro libro que contenga partes que regalen una cultura extra, pero que no aporta gran cosa a la trama central de la historia?
Vuelve hacia atrás. Si reconoces que algo se te ha escapado, vuelve hacia atrás y recupera esa parte de la historia que se quedó esperándote y por la que pasaste de largo sin siquiera darte cuenta. Podría ser importante y perderla sería desconocer una pieza clave, lo cual puede formarte una opinión equivocada. Una frase concreta, una sola palabra, pueden provocar en tu mente un giro que ni sospechabas. Lee con mucha atención, sin prisa.
Lee un libro entero de una sola vez, seguido, sin pausas más largas que los dos minutos que tardas en ir a beber un vaso de agua y volver. Claro, ya se que en estos tiempos eso puede ser impensable, cuando los días deberían ser de 30 horas, pero si tienes ocasión no dejes de hacerlo. La sensación de evasión y el disfrute son mayores que los que sentiste cuando viste la mejor película de tu vida. Quien ha podido experimentarlo seguro que me entiende…
Uno extra y universal… ¡lee cuanto puedas!
Estos son mis principios y, si no os gustan, lo siento, pero – a diferencia de Groucho - no tengo otros.
Y vosotros, ¿cuáles pensáis que son vuestros derechos como lectores? No os lo penséis y contadnos, que seguro que son más que interesantes vuestras opiniones.
Feliz Día del Libro.