Cuántas veces habremos envidiado a aquellos que vamos viendo jubilarse, pues los vemos sumergidos en una vida exenta de obligaciones y con todo el tiempo del mundo para disfrutar lo que durante tantos años se ha resistido y que durante tantos años se ha trabajado. Cuántas veces hemos soñado poder disponer de nuestro propio tiempo sin tener que rendir cuentas a nadie y vivir por y para lo que realmente queramos en cada momento del resto de nuestra vida. Y llega ese momento…
De repente, de un día para otro dejas de hacer todo aquello a lo que estabas acostumbrado, cada mañana, cada café a la misma hora, cada buenos días con sonrisa natural, o forzada – según correspondiera – cada parada y cada final del día, con el cansancio lógico de la dura jornada laboral. Tras tantos años haciendo siempre las mismas cosas, de lunes a viernes; esperando que llegue el viernes por la tarde, para disponer de tu tiempo en todas sus formas y colores; repudiando el domingo por la tarde; el lunes a comenzar otra vez. Semana tras semana, año tras año. Cualquiera diría que esa vida no es vida. Pero es lo que hay. Además, pasado un tiempo, unos años, muchos años, llegará un día en el que todo eso termine y puedas disponer de tu tiempo con la ansiada jubilación.
Y cuando llega… Todo se viene abajo, cuando descubres que lo único que sabes hacer y a lo que ya te has arraigado es eso que has estado haciendo durante tantos años con una rutina que resulta hasta grosera e impertinente. Si a esto unes el pensamiento de que quizás te queden dos ratos de vida, entonces te verás abocado a una situación de tristeza y desdicha indescriptibles.
Esto último que os cuento, es lo que nos cuenta Miguel Delibes en La hoja roja. Eloy se ha jubilado y se ve a si mismo ante un futuro tan incierto como corto. El decaimiento y la inercia que hace a uno encerrarse en su propio lamento es lo que provoca en Eloy esa sensación de vacío que lleva desde su jubilación. Sin embargo hay salida. La encuentra en la Desi, su criada, con pose, costumbre y habla de pueblo, que pone la nota de color en la novela. Los dos están solos y, realmente, sólo se tienen el uno al otro, con lo que la mejor opción va a ser aquella a cuya conclusión llegan ambos, sin más pretensiones que la compañía, por parte de Eloy y un futuro asegurado, por parte de la Desi.
¿Cuánto tiempo durará esto? No lo sabemos, sólo Eloy lo intuye y expresa cuando dice:
Tendrás estorbo por poco tiempo, hija. A mí me ha salido ya la hoja roja en el librillo de papel de fumar.
+
Título: La hoja roja
Autor: Miguel Delibes
Fecha de publicación: 01/05/1959
248 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-233-4339-3
Formato: 13,3 x 23 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfin