No voy a entrar ahora en debates políticos ni nada que se le parezca, pues no faltaba otra cosa con los tiempos que corren, aunque tan sólo mencionar la figura de Miguel Hernández ya sea algo susceptible de disputas de esta índole. El caso es que hace muchos, muchos años, leí un poema suyo y desde entonces no he dejado de leerlo regularmente, incluso hasta llegar a aprenderlo de memoria – cosa bastante sencilla siendo 49 los versos que lo componen -. Me refiero a la Elegía a Ramón Sijé.
Tampoco voy a dedicarme a hacer un análisis literario del poema, pues ya existen cientos de ellos y tenemos para dar y tomar. Y ya que lo menciono, aprovecho para comentaros que estos análisis literarios sobre la obra poética de este o aquel poeta me llevan a pensar si no estarán un tanto contaminados de excesivos alardes técnicos. He leído unos cuantos antes de escribir esto y me ha venido a la cabeza una duda… ¿Cómo pueden algunos estar tan seguros de que Miguel Hernández quiso decir esto o lo otro? ¿Cómo se puede asegurar que, al ser una elegía se contemplan todos los elementos y, por ejemplo, el poeta trata de representar los 5 sentidos? No soy capaz de imaginar a Miguel Hernández, tras la muerte de su gran amigo Ramón – por cierto, católico y de ideales cercanos a la extrema derecha – pensando ‘voy a utilizar ahora una paradoja hiperbólica, que es lo que se lleva en la poesía de mi tiempo…Venga…’ ‘siento más tu muerte que mi vida’ ‘Ya está, qué bien me ha quedado’ ¿Imagináis? Yo no. No puedo imaginarlo así.
Veréis. A principios de este año perdimos un amigo y nos dejó un vacío difícil de explicar. Pocos podrían encontrar las palabras exactas para explicar lo que se siente y uno de esos pocos era Miguel Hernández cuando escribió la Elegía a su amigo Ramón Sijé. ¿Cómo expresar en unos pocos versos cosas tan profundas como los recuerdos, tan personales como la tristeza y la rabia o tan ácidos como la impotencia de no poder hacer nada contra la muerte? Tu amigo muere, sí y tan sólo queda la tristeza, el lamento y el llanto, para terminar – como no puede ser de otra manera – negando una realidad, mientras te mantienes en tu sitio diciéndote que no ha ocurrido o dejar en tu interior, enraizada, la idea de que volveréis a veros.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata le requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
No se trata de ensalzar a nadie por nada superfluo, ni – como dije al principio – de entrar en debates ideológicos ni nada parecido. Se trata de redescubrir a un genio que es capaz de expresar un sentimiento inexpresable ante la pérdida de alguien que, independientemente de lo opuesto de las ideas de cada uno, es y será su amigo por encima de la vida y de la muerte, cosa que parece posible, aunque muchos no lo crean. Después de escribir esta obra maestra pienso que Miguel Hernández bien se ganó el derecho de hablar de muchas cosas con su compañero del alma en vete tú a saber qué almendro de nata. Es más, estoy seguro de que así ha sido.
+
Título: Elegía a Ramón Sijé. El Rayo que no cesa
Autor: Miguel Hernández
Fecha de publicación: 01/06/2012
96 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-0778-7
Presentación: Rústica sin solapas
Colección: Austral Básicos