¿Seguirá pintando usted durante mucho tiempo? Sí porque, para mí, es una manía. Así respondía Picasso en una entrevista en Marsella en mayo del 59, recogida en la obra Propos sur l’art (Gallimard). Y si para el malagueño pintar era una manía, admirar, emular y disfrutar con y de su genialidad es una de las grandes manías de artistas, críticos y amantes del arte de todo el mundo. Y es que la repercusión de la obra de Picasso no sólo se limitó a una época o movimiento cultural determinado. Su influjo se ha extendido a lo largo de más de un siglo y hasta el último rincón del mundo. Porque no hay estilo o movimiento artístico moderno que no se haya visto afectado de alguna manera por la estética picassiana.
Contraponiendo un centenar de obras de Picasso con cerca de trescientas pinturas, esculturas, fotografías, vídeos e instalaciones de setenta y cinco artistas de la talla de David Hockney, Jasper Johns, Roy Lichtenstein, Martin Kippenberger, Jean-Michel Basquiat, Maurizio Cattelan…, el Grand Palais de París se hace eco de esta admiración universal con Picasso.mania. Una ambiciosa exposición que persigue demostrar el tremendo calado de la obra picassiana y su gran influencia en el arte posterior, alargándose a la creación actual e incluso hasta otras disciplinas como el cine o la fotografía.
Organizada por la Réunion des musées nationaux - Grand Palais, el Centro Pompidou y el Museo nacional Picasso-Paris, la muestra repasa de forma exhaustiva los momentos de la recepción crítica y artística de Picasso así como las diferentes etapas que fueron forjando el mito asociado a su nombre. Desde sus primeros años hasta su reconocimiento mundial como icono del arte del siglo XX, pasando por las décadas de los sesenta y setenta en las que su influencia decayó a causa del auge del Pop y las vanguardias minimalistas.
Efectivamente, tras la Segunda Guerra Mundial el nombre de Picasso se convierte definitivamente en sinónimo de genio de la pintura y el arte modernos. Justo en un momento en el que el concepto de arte contemporáneo, auspiciado por la vanguardia y los principios rupturistas de Duchamp —erigido en modelo de artista moderno—, se contrapone por competo a la subjetividad creativa, la notoriedad mediática, el éxito comercial del pintor malagueño.
No es hasta 1971 cuando Picasso, a sus 84 años, recibe el primer homenaje público por parte del colectivo artístico de la época. Desde entonces, la veintena de exposiciones monográficas y colectivas dedicadas al estudio de la posteridad de la obra de Pablo Picasso dan fe del impacto de su obra en la creación contemporánea a nivel mundial. Del mismo modo que la diversidad y multiplicidad de las réplicas picassianas creadas por artistas modernos de muy diverso calado y estilo dan testimonio de la universalidad y renombre del pintor español, pese a ese período en barbecho que fueron los sesenta. El mundo del arte consideró los 60 como los años del pop y el minimalismo, afirmaba David Hockney, como si Picasso no hubiera existido jamás. Siempre he creído que la mayor obra artística de los 60 fue creada en París y por un solo hombre.
Una magnífica excusa para viajar a París y contemplar la obra de nuestro artista más universal junto a la de los más admirados del último siglo.
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Picasso.mania
Grand palais. París
Comisario general: Didier Ottinger
Comisarios: Diana Widmaier-Picasso, historiadora del arte,Emilie Bouvard, conservador del patrimonio en el Museo Nacional Picasso-París
Escenografía: agencia bGc studio, Giovana Comana e Iva Berthon Gajsak
Fechas: del 7 de octubre al 29 de febrero de 2016.
Horarios: todos los días de 10:00 a 20:00 h., excepto los martes. Visita nocturna los de los museos nacionales - Gran Palacio, miércoles, viernes y sábados hasta las 22:00 h
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