No creo que el escándalo fuera su intención, aunque en realidad sería lo de menos. Pero lo cierto es que Sylvia Sleigh llegó a Nueva York, tal vez, en el momento menos oportuno, aunque tampoco creo que fuera el oportunismo objetivo de una artista tan personal, tan intimista, tan segura de su pintura y de lo que con ella pretendía expresar. Como también supongo que le importaba más bien poco que su realismo casi puro y manifiestamente sensual fuese considerado como una auténtica provocación.
Y es que no estaba la Nueva York de los años sesenta –inmersa en un universo artístico básicamente masculino, dominado por la abstracción y los movimientos expresionistas– preparada para descubrir esa nueva estética figurativa y descaradamente erótica que, para colmo de “males”, venía impulsada por una mujer. Una mujer progresista, culta e independiente que desnudaba a sus modelos –casi siempre hombres, amigos cómplices de sus fantasías–, retratándolos en las poses tradicionalmente femeninas empleadas por los grandes maestros del retrato como Velázquez, Ingres o Manet. Y aunque esta es, sin duda, una de sus facetas más conocidas, hay que señalar también que su obra supuso, aparte del papel crucial en el desarrollo de un lenguaje estético femenino y feminista, una especie de "pintura histórica" gracias a la exhaustiva documentación que llevó a cabo sobre su propia época, personajes y estilos.
Inoportuna, irritante y sumamente personal, la pintura de Sleigh –centrada en el erotismo, el color, el gesto, el ornamento y el detalle– reclamaba un espacio innovador para la mirada de la mujer. Con todas estas premisas, el “vacío social” y la oscuridad sobre su obra eran, más que una conclusión lógica, un hecho consumado que ella ignoró, siguiendo fiel tanto a sus principios como a la pintura figurativa durante toda su larga vida –murió en Nueva York en 2010, a los 94 años- y hoy, gracias a ello, se percibe a Sylvia Sleigh como una de las más significativas figuras de la reciente historia del arte.
La muestra, organizada por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (donde se expone hasta el 12 de enero de 2014), CAPC musée d’art contemporain de Bordeaux, Tate Liverpool, Kunst Halle Sankt Gallen y Stiftelsen Kunstnernes Hus, reúne la mayor, hasta hoy, retrospectiva de la artista con 63 obras realizadas entre 1951 y 2008 y que han pasado por los otros cuatro museos coproductores finalizando en la capital andaluza.
Fechas: 27 septiembre 2013 - 12 de enero 2014
Comisariado: Katya García-Antón
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Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
Monasterio de la Cartuja de Santa María de Las Cuevas
Entradas por: Avda. Américo Vespucio, 2 | Camino de los Descubrimientos, s/n.
41092 - Sevilla Tel.: (34) 955 03 70 70