En el año 1932, el Museo de Leningrado (hoy San Petersburgo) abría sus puertas por primera vez a la diversidad del arte ruso producido durante los primeros quince años desde la revolución. Fue entonces cuando se exhibieron conjuntamente obras representativas de todos los movimientos y tendencias artísticas de la época. Los mayores exponentes del arte oficial soviético —como Deineka—, se mezclaban con los vanguardistas más acérrimos —Kazimir Malévich— en un entramado sorprendente que no se vuelto a repetir.
Hasta ahora. Pues la Royal Academy of Arts inaugura una colosal exposición dedicada a los creadores rusos de la revolución, siguiendo el patrón antes mencionado. Cien años después de los fatídicos acontecimientos de 1917, Revolución: arte ruso entre 1917 y 1932 explora uno de los períodos más trascendentales de la historia del mundo moderno a través de la lente de su arte pionero. Con la llegada del nuevo siglo Rusia iba a experimentar una de las épocas más convulsas de su ya de por sí turbulenta historia. La Revolución, con sus aires de libertad y promesas de una nueva vida próspera, sacudió a la sociedad rusa hasta sus cimientos, elevando la inspiración de figuras tan icónicas como Kandinsky y Chagall. Se vive de un momento de efervescencia cultural y euforia social que muy pronto iba a ser relevado por una nueva dictadura.
Así, junto a Lenin y el totalitarismo vino el arte por decreto que Stalin terminó de consolidar. Muchos de los artistas de entonces se sometieron a los dictados del poder, se convirtieron en rebaños con olor a trementina que pintaban una realidad inexistente. Fue el final de una etapa gloriosa, potente donde convivían estéticas tan dispares como la abstracción, el rayonismo, el cubofuturismo, el suprematismo y el constructivismo con Malevich, Popova y Rodchenko a la cabeza.
Las doscientas obras expuestas de manera cronológica y temática en Revolución: arte ruso entre 1917 y 1932 trazan el mapa político y social de tres lustros artísticos tan crispados como creativos. Desde la explosiva irrupción de las vanguardias rusas hasta el endurecimiento dictatorial, la muestra propone un recorrido apasionante por el arte del período postrevolucionario. No como una celebración, sino como una revisión de lo que pudo haber sido.
Pero la pintura y la escultura no llegaron solas. La música, el teatro, la danza, la fotografía y el cine se fundían en un todo artístico sin precedentes. Ni siquiera la Rusia imperial experimentó una simbiosis tan perfecta entre creadores. Por ello la muestra incluye piezas inéditas del cine de Eisenstein y Meyerhold, carteles de propaganda de una época de oro para el diseño gráfico, fotografías, así como la recreación a gran escala de un apartamento típico de la vida comunal impuesta por el régimen soviético.
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Revolución: arte ruso entre 1917 y 1932. Royal Academy of Arts. Londres. Comisarios: John Milner y Natalia Murray. Fechas: del 11 de febrero al 17 de abril de 2017.
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