Tras la Gran Guerra, y haciendo responsable a la vanguardia radical del desorden histórico, moral y cultural, el arte europeo propuso una “vuelta al orden”. Un retorno a la seguridad y la serenidad del canon clásico. Sucedió en casi todos los países y, cómo no, los artistas italianos se sumaron a la iniciativa como modelo para reconquistar un tiempo y un espacio dominados por los valores de la belleza y la armonía. La pintura metafísica, el grupo Novecento y lo que Franz Roh denominaría en 1925 “realismo mágico” se alzan en Italia como las corrientes fundamentales del período y la expresión más clara de este clima europeo contra el arte de vanguardia y el horror de la guerra.
La devastación, la crisis y los correspondientes ismos nacidos en torno a la Primera Guerra Mundial, empujaron a la sociedad europea a mirar hacia el pasado para recuperar el norte perdido durante la contienda. Una necesidad que se hizo mucho patente en la Italia de las primeras décadas del siglo XX. También el arte comenzó a germinar la semilla del clasicismo. Tanto en lo referente a los motivos, las perspectivas y la figuración como en el resurgimiento de los géneros tradicionales—retratos, naturalezas muertas, paisajes, desnudos, alegorías—, pintores y escultores rescatan la mirada de los maestros renacentistas con la belleza como horizonte. ¿El fin? Confortar el espíritu tras el sufrimiento por la tragedia bélica.
La Fundación MAPFRE presentó el pasado 25 de febrero “Retorno a la belleza. Obras maestras del arte italiano de entreguerras”. Una muestra que no sólo recoge las tendencias artísticas italianas de este periodo; también las pone en relación con otras corrientes europeas como la Nueva Objetividad alemana o los primeros pasos artísticos de Dalí y Picasso. Recorriendo este escenario, la exposición reúne más de un centenar de obras representativas tanto de los autores clave de la pintura metafísica, con Chirico a la cabeza, y de los artistas del grupo Novecento como de aquellos otros que no dudaron en caminar hacia el realismo mágico. Junto a sus obras se presentan las de artistas que, si bien no se adscriben a ninguno de estos movimientos, se mueven en el ámbito de la misma poética.
Más de una veintena de artistas se dan cita en esta exposición, entre los que destaca Giorgio de Chirico. El padre de la Escuela Metafísica aparece ampliamente representado con obras que muestran la desconcertante iconografía del movimiento: plazas urbanas desiertas, escenas inquietantes, paisajes irracionales, arquitecturas silenciosas, siniestras a veces. Al tiempo que muestra cómo ese renacer del clasicismo tuvo una gran influencia posterior en corrientes como el surrealismo.
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Retorno a la belleza. Obras maestras del arte italiano de entreguerras.
Fundación Mapfre Sala Recoletos. Paseo de Recoletos 23. Fechas: 25 de febrero al 4 de junio de 2017. Comisarios Daniela Ferrari, conservadora del Mart, Museo di Arte Moderna e Contemporanea di Trento Rovereto Beatrice Avanzi, conservadora del Musée d’Orsay.
Producción Fundación MAPFRE y Mart, Museo di Arte Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto.
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