El Museo Guggenheim Bilbao dedica a la Kunsthalle Bremen una espléndida muestra que repasa la evolución del arte europeo durante los siglos XIX y XX. Al tiempo, recorre la estética creativa de dos importantes núcleos artísticoa: Alemania —representada por grandes figuras como Caspar David Friedrich, Modersohn Becker, Dix, Kirchner, Beckmann o Nolde— y Francia, con Cézanne, Van Gogh, Monet, Delacroix o Picasso. La exposición relata la historia de este museo caracterizado por su labor de investigación y promoción del arte moderno.
Las obras maestras y el discurso artístico de la Kunsthalle Bremen quedan patentes en este recorrido que parte del Clasicismo para adentrarse en el Romanticismo, Impresionismo, Posimpresionismo, la colonia de artistas de Worpswede y el Expresionismo alemán.
La Kunsthalle Bremen nace en 1849 por iniciativa de un grupo de coleccionistas con el fin de mejorar y difundir el “sentido de la belleza”. En 1899, la asociación nombra a su primer director científico, el historiador de arte Gustav Pauli, que con enfoque erudito refina y realza el perfil de la colección orientándola hacia el arte moderno.
La política de compras de Pauli estuvo impregnada de polémica, especialmente cuando adquirió, por una importante suma, el Campo de amapolas de Van Gogh. Esto desató las iras de los nacionalistas alemanes quienes consideraban que se primaba el arte extranjero frente al alemán. La crítica se divide entre los que estiman la adquisición como una afrenta a la identidad alemana y quienes, en detrimento de la cuestión nacional y las fronteras, priman la trascendencia del arte. En esta misma línea y pese a la polémica, en 1918 su sucesor, Emil Waldmann, adquiere el Pueblo entre los árboles (Marines) de Paul Cézanne.
Al margen de las controversias, la de la Kunsthalle de Bremen no es sólo la historia de una comunidad artística, es también la del progreso de una ciudad forjada a lo largo de siglos de actividad empresarial y comercial, construcción naval y navegación marítima.
Al margen de las controversias, la de la Kunsthalle de Bremen no es sólo la historia de una comunidad artística, es también la del progreso de una ciudad forjada a lo largo de siglos de actividad empresarial y comercial, construcción naval y navegación marítima.
Entre los fondos más importantes de la colección de la Kunsthalle se encuentra el conjunto de obras de Max Beckmann. Considerado un individualista, el artista alemán se aleja rotundamente del expresionismo del Die Brücke. Al contrario de esta corriente Beckmann persigue la conexión con la tradición histórica y la introspección personal. Durante los años treinta centra su producción en el mundo del circo, el cabaret y el vodevil. La llegada del nazismo desbarata su trayectoria artística y vital obligándole a huir del país en 1937.
Hay que destacar el trabajo pictórico de Otto Dix, la variedad de estilos que aborda en sus obras, centradas en horror de la 2ª Guerra Mundial, la fealdad y la oscuridad. Ejemplo de ello es el retrato del pintor Franz Schulze, creado en 1921 en Dresde. Allí funda el Dresdener Secession Gruppe, un grupo radical de pintores y escritores expresionistas y dadaístas muy críticos con la sociedad.
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