El Museo Universidad de Navarra acoge, desde el 3 de febrero, la exposición Memorándum, dedicada a Luis Gordillo. La muestra se presenta como una revisión del trabajo reciente del artista sevillano en diálogo con alguna de las piezas de su trayectoria previa. Pero también, como expresa el título, documenta las líneas de investigación de obra última, especialmente la relativa a la interacción entre pintura y fotografía. Este campo que el creador cultiva con ahínco desde el inicio de su carrera, cobra en estos últimos meses un intenso protagonismo.
Memorándum es una muestra viva que tiende a lo escenográfico. Por ello se perfila como un proyecto mucho más dialéctico que cronológico, enfocado hacia la reflexión sobre su forma de enfrentarse al hecho creativo, haciendo hincapié en los trabajos realizados (algunos inéditos) entre 2015 y 2020. Se trata de una exhibición dinámica, en la que el espectador participa de forma activa, jugando con las obras y experimentando las sensaciones que emanan de las mismas.
Artista inclasificable e inconformista, Gordillo aborda el proceso creativo con desprejuicio y libertad. De hecho, su trayectoria artística ha discurrido por un sendero experimental propio, ajeno a las modas o imposiciones del arte contemporáneo. “Continuamente se reinventa y busca nuevos retos. Le interesa trabajar con la imagen, desde un cómic, fotografías de historietas, imágenes de catálogos…Todo alimenta la obra y lo lleva al terreno de la pintura, su lenguaje”, afirma Sema D’Acosta, comisario de la muestra, que se articula en seis apartados: Caras, carotas; Pintura expandida; Energías vivas; Periodo de confinamiento, últimos trabajos; Desarrollos horizontales; Fragmento-Remix.
La Sala Torre (Fragmento-Remix), dedicada a la fotografía, evidencia la importancia de esta vertiente artística en la trayectoria de Luis Gordillo, presente desde sus inicios. Aunque fue con la llegada de las cámaras digitales que alcanzó un “punto definitorio”, que le permite experimentar con la imagen, manipularla con sus manos, intercalarla con sus dibujos y bocetos, sin recurrir al ordenador. Él entiende la imagen como objeto y representación, soporte y contenido. Todo a la vez. Ese concepto le permite mezclar, dividir, fragmentar, combinar, saltar de una a otra, ensamblar…, crear al fin y al cabo un mosaico de su universo artístico.
La muestra acoge también una serie de trabajos iniciados a partir del nuevo siglo que, sin ser expresamente fotografía, pintura o dibujo, utilizan la imagen al más puro estilo Gordillo. Se trata de piezas tipo collage, creadas a base de retales cuya estética resulta difícil de definir. El primero de estos murales, Huevos de dinosaurio, fue realizado en 2019 para la exposición Vida (aún) viva, que se celebró en la galería Aural de Madrid a finales de ese mismo año. Autobiografía gordilliensis, la contundente pieza que se presenta en Pamplona, es un autorretrato expandido compuesto de infinitud de caras, bastantes de él mismo.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10