Yo estuve, hace años, en España, con ese pintor que era el mejor de los españoles […] y no le querían, en España no le querían. Cuando Auguste Rodin escribió estas palabras sobre Ignacio Zuloaga, sus lazos artísticos y personales estaban más que consolidados. Se conocieron en París durante una de la épocas culturales más jugosas, cosmopolitas y bohemias de la capital del Sena. Un París luminoso y dinámico que el artista español pisó por primera vez en 1889 y que acogió su obra con regocijo y entusiasmo. Zuloaga brillaba con luz propia, compartía inquietudes con los mejores artistas del momento y trabó grandes amistades entre ellos.
Pese a buscar en París las últimas tendencias pictóricas, no sucumbió Zuloaga a las vanguardias dominantes del cambio de siglo. Tampoco la profunda admiración que sentía por Degas le empujó a contraer deuda alguna con el impresionismo. Aunque sí asumió cierta estética simbolista, coincidente con la de Gauguin, Bonnard o Bernard Denis, el artista eibarrés puso el énfasis en su personal manera de interpretar la pintura.
No erraba Rodin en tal percepción. En la España del 98, no querían a Zuloaga. Su obra era (y fue hasta hace bien poco) objeto de una tremenda controversia. Una polémica, en realidad, mucho más centrada en la emoción que en la maestría del pintor. Y es que durante aquellos años del final del XIX, la imagen española en Europa estaba aún muy influida por el los estereotipos posrománticos y, tras la pérdida de las últimas colonias, parece que se instaló un complejo de “lo español” dispuesto a tumbar los clichés de un país atávico, exótico, salvaje, profundo y cerrado al progreso.
La crítica española se cerró en banda ante una obra que, según ellos, proyectaba una imagen estereotipada y atrasada de España sólo para agradar al público extranjero. Sin embargo Zuloaga, ajeno a un debate que jamás quiso provocar, desarrolló un universo creativo muy personal que transitaba entre el cosmopolitismo francés y sus raíces españolas.
“En cuadro busco carácter, penetración, simbología de una raza, emoción […] Quiero pintar con el corazón y el cerebro, no con los ojos”.
Ignacio Zuloaga quiso combinar un profundo sentido de la tradición con una visión plenamente moderna, especialmente ligada al París de la Belle Époque y al simbolismo aprendido en aquellos años. “En cuadro, decía, busco carácter, penetración, simbología de una raza, emoción […] Quiero pintar con el corazón y el cerebro, no con los ojos”. Con esta idea como hilo conductor, la Fundación Mapfre presenta en Madrid una exposición que ofrece una nueva visión desligada de la tradicional relación con la España negra y la Generación del 98.
Una de las joyas de la exposición, La Celestina (la tuerta) que Pablo Picasso pintó en 1904, prestada por el Museo Picasso de París, muestra precisamente el desacierto de una percepción crítica absolutamente alejada de la intención pictórica de Zuloaga. Pues ese "Picasso azul" simboliza igualmente la España profunda, arcaica, imbuida en la tradición que nadie osó jamás reprocharle al malagueño.
Zuloaga en el París de la Belle Époque, 1889-1914 está compuesta por más de 90 obras del pintor y artistas cercanos como Picasso, Toulouse-Lautrec, Auguste Rodin o Émile Bernard. Se organiza en torno a varias secciones que ilustran distintos aspectos de su aventura parisina: los primeros años en la capital francesa, el contexto histórico, sus grandes amistades (Rodin y Bernard), los retratos, su faceta como coleccionista y el retorno a sus raíces españolas
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Zuloaga en el París de la Belle Époque, 1889-1914. Fundación MAPFRE. Del 28 de septiembre de 2017 al 7 de enero de 2018. Comisarios: Leyre Bozal Chamorro y Pablo Jiménez Burillo.
Galería de imágenes
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Pablo Picasso La Célestine (La femme à la taie) [La Celestina (La tuerta)], 1904 Óleo sobre lienzo 74,5 x 58,5 cm Musée national Picasso-Paris. Donación de Fredrik Roos, 1989 Inv. MP1989-5 Foto : © RMN-Grand Palais (musée national PicassoParis) / Mathieu Rabeau © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017
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Émile Bernard Paysage avec deux petites bretonnes et vache [Paisaje con dos jóvenes bretonas y vaca], 1892 Óleo sobre cartón montado sobre tabla 114,3 x 81,3 cm Colección particular Foto: Colección particular © Émile Bernard, VEGAP, Madrid, 2017
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Jacques-Émile Blanche Retrato de Marcel Proust, 1892 Óleo sobre lienzo 73,5 x 60,5 cm Musée d’Orsay, París Inv. RF 1989-4 Foto: © RMN-Grand Palais (musée d'Orsay) / Hervé Lewandowski © Jacques-Émile Blanche, VEGAP, Madrid, 2017
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Paul Gauguin Autorretrato dedicado a Carrière, 1888-1889 Óleo sobre lienzo 46,5 x 38,6 cm National Gallery of Art, Washington, D.C. Colección de Mr. and Mrs. Paul Mellon Inv. 1985.64.20 Foto: Courtesy National Gallery of Art, Washington
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Auguste Rodin L’Avarice et la Luxure [La Avaricia y la Lujuria], 1887 Bronce 21 x 52 x 42 cm Museo Ignacio Zuloaga. Castillo de Pedraza, Segovia Foto: Fernando Maquieira
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Francisco Zurbarán Santa Úrsula, 1635 Óleo sobre lienzo 179 x 99,5 cm Colección particular (Obra perteneciente a la colección de Ignacio Zuloaga) Foto: Colección particular
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Ignacio Zuloaga Retrato de Maurice Barrès, 1913 Óleo sobre lienzo 203 x 240 cm Musée d’Orsay, París Inv. JdeP 789 Foto: © RMN-Grand Palais (musée d'Orsay) / Stéphane Maréchalle © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Retrato de la condesa Mathieu de Noailles, 1913 Óleo sobre lienzo 152 x 195,5 cm Museo de Bellas Artes de Bilbao Inv. 82/50 Foto: © Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Retrato del artista con capa y sombrero, 1908 Óleo sobre lienzo 76 x 65 cm The State Pushkin Museum of Fine Arts, Moscú Inv. Ж-3949 Foto: The State Pushkin Museum of Fine Arts, Moscú © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga El enano Gregorio el botero, 1907 Óleo sobre lienzo 187 x 154 cm The State Hermitage Museum, San Petersburgo Inv. ГЭ-7723 Foto: © The State Hermitage Museum, 2017 (Vladimir Terebenin, Svetlana Suetova) © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Celestina, 1906 Óleo sobre lienzo 151,5 x 180,5 cm Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid Inv. DO00001 Foto: Archivo Fotográfico Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Parisienses (en St. Cloud), 1900 Óleo sobre lienzo 185 x 115 cm San Telmo Museoa. Donostia Kultura, San Sebastián Inv. P-000126 Foto: © San Telmo Museoa. Donostia © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Víspera de la corrida, 1898 Óleo sobre lienzo 222 x 302 cm Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas Inv. 3535 Foto: Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Charles Morice y su mujer, c. 1898 Óleo sobre lienzo 70 x 90 cm Museo Ignacio Zuloaga. Castillo de Pedraza, Segovia Foto: Album / Oronoz © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Retrato de Émile Bernard, 1897-1901 Óleo sobre lienzo 55 x 46,5 cm Colección particular, Bilbao Foto: Juantxo Egaña © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Mujer de Alcalá de Guadaíra, 1896 Óleo sobre lienzo 173 x 97 cm Museo Ignacio Zuloaga. Castillo de Pedraza, Segovia Foto: Album / Oronoz © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017
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Ignacio Zuloaga Retrato de Mlle. Valentine Dethomas, c.1895 Óleo sobre lienzo 200 x 120 cm Colección particular Foto: Juantxo Egaña © Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017