Art The Moment

Lluïsa Vidal, el nombre femenino del modernismo catalán

El Museu Nacional organiza la primera gran retrospectiva dedicada a la pintora Lluïsa Vidal, miembro del grupo más joven de los modernistas catalanes y una de las pocas mujeres presentes en las colecciones del museo.

Lluïsa Vidal nació con el movimiento modernista. Con él creció. Y, especialmente reseñable, de él logró vivir. Toda una hazaña para una mujer que inició su carrera artística en la última década del siglo XX. Formada en Barcelona y en París, educada en el gusto por el arte y la música, políglota y amiga de las escritoras las escritoras Caterina Albert, Dolors Monserdà, Carme Karr y Francesca Bonnemaison, Lluïsa luchó por dedicarse a la pintura y al dibujo de forma profesional en un mundo que sólo aceptaba a la mujer pintora como aficionada. Jamás como profesional. Cierto que el ambiente familiar, culto y progresista, le facilitó su dedicación exclusiva al arte. Sin embargo, para alcanzar la suficiente autonomía económica tuvo que bregar contra los clichés de la época y recurrir a la enseñanza para completar sus ingresos como artista.

Claramente influenciado por Santiago Rusiñol y Ramón Casas, su lenguaje artístico se aleja por completo de los estereotipos y las imposiciones académicas. Su pintura es sugerente y expresiva, sobria y contundente. A base de pinceladas fluidas, colores vibrantes y excelente técnica pinta tanto al óleo como a la sanguina. También es muy interesante su personal tratamiento de la luz, la perspectiva y los espacios. Desde los inicios de su carrera mostró gran interés por la figura humana, tratando los paisajes y naturalezas muertas de manera esporádica. De ahí que se convirtiera en una magnífica retratista, muy valorada por su capacidad para captar el estado emocional de sus modelos, y solicitada por la burguesía de principios del siglo pasado.

Pero además fue una gran representante de la llamada “pintura de género”, plasmando en sus lienzos la realidad de las mujeres de su tiempo. Otro de los motivos recurrentes en su obra. Con una sensibilidad fuera de lo común, Lluïsa atrapa los momentos más íntimos del universo femenino. Mujeres cosiendo, haciendo la colada, leyendo, estudiando, tocando el piano…, escenas cotidianas que la artista reproduce con total naturalidad. Es precisamente esa visión genuina de una mujer en un mundo de mujeres otra de las características más apreciadas de su pintura.

Guiada por el afán de hacer del arte una profesión y alcanzar su independencia también se dedica a la ilustración de prensa, al tiempo que desarrolla una gran actividad como dibujante. Al margen del típico complemento pictórico, Lluïsa Vidal utiliza el dibujo como un arma independiente y como forma de expresión de su activismo e inquietudes sociales. No obstante, en el conjunto de su carrera artística, pintura, dibujo e ilustración mantienen una estrecha relación.

El Museu Nacional d’Art de Catalunya organiza la primera retrospectiva dedicada a la pintora Lluïsa Vidal (1876-1918), una de las pocas mujeres presentes en sus colecciones. La exposición reúne más de 70 obras y revisa todas las facetas de su trabajo: como pintora, dibujante e ilustradora. Además de los cuadros más representativos de los diferentes momentos de su trayectoria, la muestra se completa con piezas de pequeño formato que revelan su mundo personal y nos aproximan a su método de trabajo.

+

Del 23 de septiembre de 2016 al 15 de enero de 2017
Organiza y produce: Museu Nacional d’Art de Catalunya. Sala de exposición temporal T2
Comisaria: Consol Oltra