Las últimas décadas de Franz West.

Franz West nació en Viena en 1947 y fue uno de los artistas centroeuropeos más reconocidos del panorama contemporáneo. Formado bajo la influencia de la vanguardia europea y el accionismo vienés de los sesenta y setenta, consolidó su fama internacional en la Bienal de Venecia de 1990. Antes de todo esto, su figura permanecía en la sombra a la espera de desdibujar las fronteras entre el arte y la vida.

Él, que marcaba su ritmo creativo al margen de las influencias, mostró desde sus inicios una tendencia muy definida hacia el juego y el sarcasmo. No obstante, su individualismo, su escepticismo y su independencia estética no le impedían participar en el ambiente artístico del momento. Tal vez por ello fue capaz de crear ese prolífico universo inclasificable que lo desmarcó de cualquier etiqueta temporal.

La posición de West con respecto al arte se sirve de conceptos filosóficos extraídos del contexto clásico, pero también cercanos al psicoanálisis de Freud y Lacan y al pragmatismo de Wiggenstein. De hecho, muchas de sus obras han dado lugar a interpretaciones psicoanalíticas, a veces incluso apoyadas por el propio artista que después se distanció de dichas teorías.

Para contar su arte hay que contar su vida y, para empezar por algo, decir que fue autodidacta, que sus primeros dibujos los realizó sobre cartones y sobre naranjas burlándose de la cultura sesentera. Le influyen entonces las ideas de Bruno Gironcoli, la vida nocturna de Viena y los diferentes movimientos culturales de la ciudad.

El collage es otra de las técnicas características de su trabajo. En tono humorístico y provocativo, combinaba fotografías con pintura y tipografías variadas. De esta forma ilustraba los carteles de sus exposiciones, alejándose del diseño elegante habitual de museos y galerías.

Después, ya en las filas del activismo (aunque nunca participó en debates políticos públicos) y convencido de la necesidad de la interacción con el espectador, West comienza a desarrollar sus características esculturas portátiles. Las Adaptables (Passstücke) son piezas de diversas formas y tamaños realizadas en yeso y papel maché creadas para usar, jugar y transportar. Pretendía el artista crear una conexión entre el público y la pieza más allá del propio objeto, como prolongaciones del cuerpo humano.

A mediados de los 80, mostraba Esculturas legítimas en pedestales y comenzó a producir muebles, que también vio como esculturas, como una extensión de sus primeros trabajos: “Una silla —decía— es un Passstück de todos los días”. A partir de los años 90 y hasta el final de su vida, el escultor austriaco introduce el aluminio en sus creaciones más extravagantes. Se trata de piezas, tanto interiores como exteriores, en las que resalta la potencia del color por encima de todo lo escatológico y lo abyecto que suele contener su trabajo. Las formas reproducen el sentido del humor del artista adoptando apariencias fálicas o de intestinos retorcidos. Posteriormente utilizó fibra de vidrio que unía con resina epoxi e inspiraciones infantiles, como garabatos.

El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presenta Franz West. Últimas décadas, repasando el trabajo del artista austríaco fallecido en 2012. La muestra, comisariada por Helena Juncosa, reúne una selección de treinta y cinco obras que abarcan diversos aspectos de la amplia trayectoria artística de Franz West. Incide principalmente en la manera que usaba el sentido del humor para enlazar su particular estética con la tradición escultórica europea. Incluye piezas emblemáticas como muebles, sillas, lámparas, collages, maquetas de esculturas y esculturas de diferentes materiales.

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