La Berlinische Galerie de la capital alemana celebra el cuadragésimo aniversario de su apertura con la muestra Max Beckmann und Berlin (Max Beckmann y Berlín). Una muestra que analiza la especial relación entre el artista y la ciudad; un nexo tan intenso que hasta el mismo Julius Meier-Graefe —historiador y experto en arte, coetáneo del pintor alemán— escribía en 1924: "Max Beckmann es el nuevo Berlín".
Aunque nacido en Leipzig, Max Beckmann se sentía profundamente vinculado a Berlín, la ciudad donde residió durante dos periodos determinantes en el desarrollo de su trayectoria artística. El primero, entre 1904 y el inicio de la I Guerra Mundial, marcó su progresivo alejamiento de los postulados impresionistas descubiertos en París al comienzo de su carrera. Su adhesión a la Berliner Sezession, además de otorgar amplia visibilidad a su trabajo amplió sus miras artísticas con planteamientos alternativos. Pero Beckmann era una persona solitaria e independiente capaz de crear su propio lenguaje artístico al margen de las tendencias de la época; por ello, pronto se apartó del academicismo secesionista, centrándose en su imaginario personal. El estallido de la guerra y su traumática experiencia como ayudante en el cuerpo médico hicieron el resto.
Su estilo, abrazado a las propuestas de la llamada Neue Sachlichkeit (la Nueva Objetividad), comenzó a radicalizarse acercándose cada vez más al expresionismo alemán que acabó desarrollando a través de un lenguaje propio cargado de tristeza, dramatismo, incluso brutalidad; mientras su fama crecía y su pintura se distorsionaba a pasos agigantados. Aun así, antes de su última y corta experiencia berlinesa (entre 1933 y 1937), pintó numerosos retratos y autorretratos, temas figurativos, paisajes y bodegones. Sin embrago, la llegada del nazismo truncó nuevamente su ascendente carrera. Al día siguiente de la inauguración de la exposición Entartete Kunst (Arte degenerado, contrario a los ideales nazis) en la que se exponían varias obras suyas, decidió salir de Alemania. París, Amsterdam (donde vivió refugiado durante la II Guerra Mundial, creando extraordinarias series de obra gráfica, entre las que destacan las impactantes litografías del Apocalipsis) y Nueva York fueron testigos de los últimos años del artista que jamás regresó a Alemania.
El medio centenar de obras datadas entre 1905 y 1936 que acoge la prestigiosa Galería Berlinesa hasta el próximo 15 de febrero, ilustran la evolución del artista, combinándose también con trabajos de pintores coetáneos como Munch y Liebermann. Una extraordinaria exposición que pone de manifiesto el viaje creativo de Beckmann en el Berlín de entreguerras, así como su profunda conexión con esa paradójica ciudad donde la sordidez convivía con una bulliciosa inquietud cultural.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8