A los veinte ya había saboreado la fama. Tenía 27 cuando murió y, en menos de una década —la de los 80—, había producido cerca de tres mil obras. Pero su pintura transgresora, rotunda, a caballo entre el naif y el expresionismo abstracto, el comic y el jeroglífico, alcanzó su punto álgido en el 81 y el 82. Jean-Michel Basquiat, el niño precoz del arte neoyorquino, pintaba por necesidad. Necesidad física o psíquica, pues como él mismo afirmaba cuando le preguntaban por su ingente producción no sabía qué otra cosa hacer consigo mismo.
Descritas por el propio artista como el trampolín hacia las verdades más profundas del individuo, sus obras, poderosas y cargadas de emotividad, abordan temas como la identidad racial o la historia. Porque para un adolescente afroamericano, nacido en Brooklyn y criado en un entorno familiar desgarrado, lidiar con sus altas capacidades intelectuales no tuvo que ser un camino de rosas. Relacionado desde muy joven con las subculturas urbanas neoyorquinas y las bandas callejeras, el grafiti —bajo el pseudónimo SAMO©, que aludía a la frase SAMe Old shit, la misma mierda de siempre— fue una de las primeras manifestaciones artísticas del Basquiat más rebelde y poético. Tras la primera participación en una colectiva de arte alternativo en un almacén del Bronx, Jean-Michel comenzó a recibir reconocimiento, pero su fama estalló con su primera exposición en solitario en 1982.
Juventud desbordante, fama, provocación, cine, celebridades y rock… Se estaba forjando un mito. Una noche turbulenta en el verano del 88 y una jeringuilla en el brazo hicieron el resto. Eso y un enfoque artístico radical, que aportó a la escena neoyorquina de los ochenta un lenguaje innovador a la hora de abordar temas “incómodos” como el racismo, la lucha de clases, la hipocresía social y la historia negra.
El Museo Guggenheim Bilbao acoge la muestra Jean-Michel Basquiat: Ahora es el momento. Una exposición pionera en Europa que, con un centenar de las obras más representativas del artista neoyorquino, recorre toda su carrera profesional, desde los orígenes callejeros hasta los grandes temas de inspiración elevada y culta —Basquiat era un hombre formado, ávido lector y amante del arte y la música— como Eroica (1987) y Oreo (1988). No en vano el título de la exposición 'Ahora es el momento' está tomado de un fragmento del célebre discurso de Martin Luther King, I have a dream y un tema del saxofonista Charlie Parker.
Además, y con el objetivo de ahondar en la complejidad de su proceso creativo y en la memoria de la historia afroamericana y denuncia de la situación política y social de Estados Unidos, el museo ha diseñado un proyecto de Didaktika de excepcional envergadura orientado a disfrutar tanto desde la observación individual como mediante la interactuación y participación en actividades vinculadas con la obra del artista.
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Fechas: del 3 de julio al 1 de noviembre 2015
Comisarios: Dieter Buchhart y Álvaro Rodríguez Fominaya (Bilbao)
Patrocinio: Iberdrola
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