“...No te respondí aguardando alguna noticia de mis ascensos y ahora acabo de recibir por un amigo, la noticia de que me han hecho pintor de cámara...” Cuando Goya escribía estas letras a su amigo Martín Zapater, llevaba más de catorce años en la capital. Al fin había alcanzado el artista aragonés la mayor de sus ambiciones: ser reconocido en la corte madrileña.
Aunque el punto de partida es la relación que Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 – Burdeos, 1828) mantuvo con su amigo Martín Zapater, el apoyo de su cuñado, Francisco Bayeu, y su paciencia infinita en la Real Fábrica de Tapices como pintor de cartones tuvieron mucho que ver en su ascenso. No fue fácil ni cómodo para un joven artista con aspiraciones permanecer de telonero durante más de un lustro, sin embargo su diplomacia, su absoluta genialidad y el acierto a la hora de elegir los motivos de los tapices, lo elevaron a tan deseada categoría.
Si con los cartones puso un pie en Madrid, con los retratos se labró el nombre que le permitió su título como Primer Pintor de Cámara. El contacto con la corte fue definitivo ya que determinó en gran medida su desarrollo profesional y su obra posterior.
CaixaForum Zaragoza presenta Goya y la corte ilustrada. Una muestra que repasa la figura y obra del artista durante los años de su consolidación como brillante pintor de los reyes Carlos III y Carlos IV. Pero no sólo presenta a Goya en el ámbito de la corte. También confronta su arte, su técnica y su visión de la realidad con la sus coetáneos —Mariano Maella, José del Castillo, Luis Paret o Lorenzo Tiepolo—, además de revelar los sentimientos por aquellos que dejó en su tierra. Martín Zapater, amigo de la infancia, Juan Martín Goycoechea o Ramón Pignatelli mantuvieron los vínculos del artista con Zaragoza, cuyo recuerdo permaneció en su memoria hasta los años finales en Burdeos.
Goya y la corte ilustrada descubre al pintor en ese momento concreto de su vida y su obra a través de ochenta y cuatro cuadros prestados en su mayoría por el Museo del Prado. En aquella época, Madrid era una ciudad desarrollada y moderna gracias a la cultura de Carlos III y los programas de la Ilustración. También las artes recibían el impulso de la corona y la burguesía se apuntaba a fiestas, funciones de teatro, veladas y tertulias. En este contexto el refinamiento se hizo un hueco a pasos agigantados. Un concepto que el pintor trasladó de manera magistral a sus lienzos. Aunque las mujeres de Goya no sonríen, revelan toda la exquisitez y riqueza de las vestimentas. Claro que ellos tampoco se prodigan en sonrisas e igualmente lucen indumentarias elegantes y ornamentos llamativos.
La investigación desarrollada para esta exposición a cargo de las comisarias y los profesionales del Museo Nacional del Prado ha dado lugar a varias novedades de interés, como la localización de un retrato temprano de Martín Zapater o la adscripción a Agustín Esteve de una copia de exquisita calidad del retrato perdido de Ramón Pignatelli.
+
Goya y la corte ilustrada. CaixaForum Zaragoza. Del 28 de septiembre de 2017 al 21 de enero de 2018.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12
-
13