Art The Moment

Braque, el maestro del cubismo en el Guggenheim Bilbao

Un recorrido pictórico que abarca desde sus inicios en el Fauvismo hasta sus últimas series sobre billares, pájaros y los paisajes de Varengeville.

Precursor —junto a Picasso— del Cubismo, inventor del Collage, profundo investigador de las técnicas artísticas de vanguardia, músico y cómplice de compositores, poetas e intelectuales —Erik Satie, Reverdy, Francis Ponge, Paulhan o René Char, además del genial Pablo Picasso, figuran entre sus mejores amigos—, Georges Braque desempeña un papel fundamental e importantísimo en la historia del arte mundial. No hay que imitar aquello que se desea crear, fue su máxima.

Injustamente subestimado en ocasiones, el Museo Guggenhein Bilbao recupera tan destacada figura del arte contemporáneo gracias a la exposición Georges Braque. Una retrospectiva excepcional que reivindica el papel de Braque en el panorama artístico del siglo XX. Y es que, como afirma Brigitte Leal, comisaria de la muestra, su estatuto de artista oficial de la Francia gaullista le ensombreció a los ojos de la generación contestataria que le siguió, y le hizo caer durante varias décadas en un olvido relativo.

El recorrido comienza con las primeras obras de un joven Braque —formado en la Academia de Bellas Artes de París— que se iniciaba en el color puro y la estructura libre del Fauvismo. Pero cuando un par de años después conoce a Picasso, su carrera da un giro radical. Fascinado por el trazo salvaje y los planos angulares de la obra del pintor malagueño, Braque se pasa al ocre y al gris; y entre la estrecha relación de ambos artistas comienza a nacer el Cubismo. La muestra representa este primer periodo cubista con varios de sus paisajes, instrumentos musicales y retratos como el Grand Nu (1908).

Cuando era un joven pintor, nutrí mi curiosidad y mis sueños con las obras de los grandes coloristas del pasado, desde los primitivos hasta Van Gogh y Boudin.

Pero los verdaderos protagonistas de esta magnífica retrospectiva son los trabajos correspondientes a su etapa cubista por excelencia. Entre 1909 y 1914, Braque y Picasso llevan a cabo una auténtica revolución estética que rompe completamente con la visión clásica: se anula la perspectiva, el color se reduce a claroscuros en verde y gris dejando a la luz el lugar preminente. Objetos cotidianos cuya silueta se sugiere

En esa época, estaba muy unido a Picasso –contaba el artista–. A pesar de tener temperamentos muy distintos, estábamos guiados por una idea común. […] Vivíamos en Montmartre, nos veíamos todos los días, hablábamos… Durante aquellos años, Picasso y yo nos dijimos cosas que ya nadie se dirá nunca más…

El paseo continúa entre los célebres papiers collés (papeles pegados) que Braque realiza entre 1912−1914 y que imprimen un nuevo carácter a su Cubismo, resolviendo la relación entre forma y color de manera muy personal.Los papeles pegados por fin destruyeron magníficamente la visión de la perspectiva clásica, las convenciones mortales que esta imponía. La obra posterior integra todos sus conocimientos, se hace más legible, los colores se oscurecen y se mezclan con materiales diversos (serrín, arena, papel).

Tras un espléndido recorrido por sus Canéforas, retratos, naturalezas muertas e imponentes desnudos de colores minerales, sin olvidar las dolorosas y oscuras obras del período de la II Guerra Mundial muy influenciadas por la atmósfera circundante, el itinerario termina con una serie de paisajes de Varengeville que Braque realiza ya al final de su vida, amplias vistas panorámicas donde tierra y mar se funden en un cielo agonizante surcado por pájaros y nubes. Un broche de excepción para la muestra más ambiciosa y completa dedicada, hasta la fecha, a este excepcional artista francés en España y que sitúa la obra de Braque en el epicentro de la vanguardia artística del siglo XX.

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Georges Braque
Fechas exposición: 13 junio–21 septiembre, 2014

Comisaria: Brigitte Leal, Directora Adjunta del Museo nacional de arte
moderno, Centre Pompidou

Exposición organizada por el Museo Guggenheim Bilbao y la Réunion des
Musées Nationaux - Grand Palais, en colaboración con el Centre national d’art
et de culture Georges Pompidou, París

Patrocinado por Fundación BBVA