En la capital de los Emiratos Árabes, bajo la intensa luz del golfo Pérsico, se erige una de las obras maestras de la arquitectura de Jean Nouvel: el Louvre de Abu Dhabi. “Luces y sombras, brillo y serenidad se alían en un espacio acogedor cuyo de seo de pertenencia a un país y su historia se confunde con la expresión de la universalidad y la fascinación de los reencuentros exóticos”. Así expresa el artista francés su intención emocional al concebir esta microciudad cultural consagrada a la contemplación, el arte universal y la belleza.
El museo es fruto de un acuerdo firmado en 2007 entre los gobiernos de Francia y Emiratos. Según el mismo, el Louvre cede su marca durante 30 años y Francia se compromete a prestar obras de arte, organizar exposiciones temporales, formar profesionales y aportar su experiencia museística, a cambio de casi mil millones de euros. Abu Dhabi ha financiado el espectacular edificio que alberga 250 obras —entre ellas Madame Louis Joachim Gaudibert de Monet y El salón de baile en Arles de Van Gogh— prestadas por museos galos, más 600 propias en 23 galerías permanentes.
La inmensa cúpula, de 180 metros de diámetro y 7.500 toneladas de peso, está formada por ocho capas de metal plateado superpuestas sobre las que estalla el sol del golfo Pérsico y se cuela por la celosía perforada por estrellas de formas irregulares. La luz se filtra entre ellas y acentúa el efecto ágora de inspiración árabe pretendido por Jean Nouvel. Bajo ella flotan 55 cubos blancos que evocan los zocos y conforman esta belleza de ciudad artística sobre el mar. Es la forma de reinterpretar la arquitectura de tradición islámica del Pritzker 2007, siempre atento al entorno donde crecen sus obras.
El Louvre de Abu Dhabi se centra en lo que une a las civilizaciones, la herencia multicultural de la región y el conjunto de la creación artística. Los visitantes pueden realizar un recorrido por la historia de la humanidad en 12 capítulos que incluyen el nacimiento de los primeros pueblos, las religiones universales, la cosmografía, el arte de las cortes reales y el mundo moderno. El poder, las grandes civilizaciones e imperios, las religiones, las rutas comerciales, la cultura ancestral y la modernidad son los grandes temas que desarrollan la universalidad del museo, el lema bajo el que nació.
Antes de indagar en la historia de las civilizaciones y descubrir los tesoros artísticos que se alojan bajo sus pasillos y galerías, es imprescindible dejarse llevar por la magia exterior del edificio: la inmensidad de los blancos, el brillo turquesa del mar, las formas caprichosas del sol… Deambular sin rumbo por ese espacio cocinado a base de mañanas luminosas, especias y sabores sólo para flâneurs empedernidos puede crear adicción. Advertidos quedan.
Además de las obras de su colección permanente y la muestra sobre los tesoros arqueológicos de Arabia Saudí, la pinacoteca acogerá desde el próximo 14 de febrero la exposición temporal Rembrandt y la edad de oro holandesa.
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