Versátil y vital, nieto e hijo de artistas, universalmente conocido por sus móviles y esculturas suspendidas, Alexander Calder (1898-1976) es considerado uno de los artistas más innovadores del siglo pasado. Y es que su idea de escultura armó una auténtica revolución en el mundo del arte, pues no sólo supuso una ruptura radical con lo que hasta entonces se entendía como tal apartándose de la solidez y estatismo, sino que se saltó todos los límites incorporando a la escultura conceptos como el movimiento o la ligereza y el empleo de materiales inéditos: hilos de acero, alambre, estaño, contrachapados de madera…
Calder iba para ingeniero, pero en 1923 asistió a la Art Students League de Nueva York y el influjo de la escuela determinó su destino como artista, trasladándose a París tres años después. Aunque no fue hasta la década de los treinta cuando comenzó a experimentar con la abstracción y la escultura cinética, durante su etapa parisina ya se dejaba entrever el futuro de un estilo audaz, rompedor, ingenuo incluso.
Escultor del movimiento, pionero del arte en suspensión e inventor de los móviles —denominación acuñada por su amigo Marcel Duchamp—, Alexander Calder hizo del alambre y el universo abstracto una forma de vida, un particular lenguaje artístico tridimensional en el que la idea de los cuerpos en equilibrio, flotando en el espacio se convirtió en el hilo conductor de toda su obra posterior.
La Tate Modern londinense recupera el espíritu pionero del artista estadounidense en Alexander Calder: Performing Sculpture. Una muestra excepcional que, a través de un centenar de obras y con El Guernica de Picasso como trasfondo, recorre casi toda la trayectoria artística del Calder, centrándose particularmente en su exploración del movimiento, la geometría y la abstracción —sus trabajos de las décadas de los treinta y los cuarenta— para revelar cómo el artista revolvió la escena escultórica tradicional, transformando el objeto estático en una obra en constante evolución.
La exposición, que dedica un espacio completo a los llamados universos y constelaciones del escultor norteamericano, se cierra con tres salas que reúnen sus móviles más famosos: Gamma (1947), Vertical Foliage (1941), Black Widow (1948), obra inédita jamás vista fuera de Brasil.
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Alexander Calder: Performing Sculpture
Fechas: del 11 de noviembre 2015 al 3 de abril 2016
Tate Modern, Level 3
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