Hijo de padre chino y madre criolla, Wifredo Lam es uno de esos artistas polifacéticos y multirraciales capaz de crear un leguaje único para defender la diversidad. Sin duda debido a su exótico origen tomó conciencia desde muy joven de la cuestión racial y sus implicaciones sociales y políticas tanto en Cuba y Europa como posteriormente en Estados Unidos. También de los efectos de los diversos exilios que le llevaron a España, Italia, Francia, EEUU o Haití, antes de regresar a su Cuba natal tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, en su práctica artística se puede reconocer un permanente elemento de diáspora asociado al concepto de pérdida, de dolor; así como una pintoresca fusión de ingredientes culturales que hacen de su obra una de las más ricas, complejas e inquietantes de siglo XX.
Wifredo Lam se convirtió en pintor entre la España de los años 20 —como alumno de Sotomayor— y los 30 parisinos, donde sus contactos con grandes como Picasso, Matisse o Miró y el influjo las diversas corrientes vanguardistas consolidan su evolución del clasicismo al surrealismo y el expresionismo. Pero el punto álgido de su carrera llega tras su regreso a Cuba ya mediado el siglo. Es entonces cuando empieza a crear inquietantes escenas de selvas tropicales y elementos esotéricos propios de la cultura caribeña o africana con la técnica europea. Cuando la condición (y la crítica) colonial se hace patente en una obra que refleja ya su profundo compromiso social.
Tras su paso por el Centro Pompidou de París, el Museo Reina Sofía acoge la mayor retrospectiva consagrada al artista cubano Wifredo Lam, desde su muerte en 1982. Una ambiciosa muestra que pretende devolverle su legitimidad artística tantas veces alterada por los diversos enfoques culturalistas que, sin querer, la han relegado a un plano exótico un tanto simplista, olvidando la complejidad de una obra concebida como un manifiesto poético y comprometido que se inventa y articula a lo largo de múltiples espacios geográficos, culturales, raciales.
Con el fin de redescubrir su sincretismo, su misterio, su visión polimórfica y su papel esencial en la historia del arte internacional, la exposición abarca una amplia panorámica del imaginario artístico de Lam: doscientas cincuenta obras y más de trescientos documentos. Y, aunque incide sobre su trayectoria pictórica, se extiende también sobre su obra gráfica –en particular las series de grabados de los años sesenta y setenta–, sus colaboraciones con destacados escritores, pensadores y artistas de su tiempo, así como su particular exploración en el campo de la cerámica. E insiste en las diferentes etapas y condiciones creativas de una obra pacientemente construida entre España, París-Marsella y Cuba.
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Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Wifredo Lam
Fechas: del 6 de abril al 15 de agosto 2016 / Edificio Sabatini, Planta 1
Organización: Centre Pompidou, Musée national d’art moderne, París, en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid y Tate Modern, Londres.
Comisariado: Catherine David y Manuel Borja-Villel
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