El Museo ICO acoge la exposición La destrucción del Bajo Manhattan, que reúne las imágenes tomadas por el fotógrafo y cineasta estadounidense Danny Lyon durante la demolición del barrio neoyorkino a finales de los años 60. Se trata de uno de los ensayos visuales más importantes del siglo XX con la ciudad como hilo conductor.
A principios de los años 60, los habitantes de Nueva York se encontraban en pie de guerra. ¿El motivo? El proyecto de demolición de la Pennsylvania Station, la mítica estación de cercanías de aires academicistas, construida en 1910. La idea era renovar la imagen de la ciudad y minimizar las pérdidas económicas de la compañía ferroviaria que gestionaba la estación. El padre de lo que la crítica de arquitectura Ada Louise Huxtable consideraba una barbarie contra el patrimonio neoyorkino, Robert Moses, tuvo que sortear igualmente el activismo callejero de Jane Jacobs, defensora acérrima la resistencia de los barrios tradicionales frente a los planes de desarrollo urbanístico absolutamente descontrolados.
Claro que las 7 hectáreas sobre las que descansaba el bello edificio de granito rosa no eran suficientes para los planes de expansión. Así que la Autoridad Portuaria Trans-Hudson consideró muy recomendable ampliar el área de demolición y ordenó el derribo de 17 hectáreas más. Aparte de la estación, cayó el Singer Building (1908); el restaurante Gars, en la esquina de la calle Beekman, que había abierto sus puertas en 1827; la Secretaría de las Naciones Unidas yo la Lever House.
En ese maremágnum de destrucción, protestas y enfrentamientos ideológicos, un jovencísimo Danny Lyon (Brooklyn, 1942) intuye que tiene ante sus ojos y su cámara una historia que contar. Una historia muy potente en cuya trama se enredan sentimientos encontrados y emociones profundas con un proyecto revolucionario de modernización urbanística que iba a alterar para siempre el modelo de ciudad.
Así es como comienza a retratar el proceso: “La base —narra— sería un archivo documental de los edificios y manzanas a punto de ser demolidos y un registro de los trabajos. Incluirá retratos de los operarios y de quien quede todavía en el barrio. La verdad es que todo el proyecto es muy triste, salvo por los obreros de demolición y su trabajo.”
Para Lyon, el valor arquitectónico de los edificios no alcanzaba ni de lejos el impacto emocional de su destrucción: “El fin de estos edificios fue un momento clave para mí. No importaba demasiado su relevancia arquitectónica. Lo que me importaba era que estaban a punto de ser destruidos. Manzanas enteras desaparecerían. Todo un barrio. Se estaba desahuciando a los escasos últimos inquilinos y nunca más se volvería a construir un lugar como este”, escribe.
Con ellos se aniquilaban también sus propios recuerdos (entre 1966 y 1967, Danny Lyon vivió en la cuarta planta de un edificio situado en el número 39 de la calle Beekman) y los de todos aquellos que vivieron allí. De hecho, las imágenes — habitaciones vacías con dibujos infantiles, el libro en blanco de una antigua imprenta, muebles, huecos de escalera, paredes, ventanas y revestimientos de madera — son un homenaje a los viejos moradores de la zona, un retrato de su memoria, su existencia y sus pérdidas.
La exposición reúne 76 fotografías de gran belleza y valor documental tomadas en torno al Puente de Brooklyn, Washington Market y las calles William, Beekman y West. Todas ellas englobadas en el área de demolición: 24 hectáreas de edificios del centro histórico de Nueva York, construidos la mayoría en el siglo XIX, aunque alguno se remontaba incluso a la Guerra de Secesión. El plan consistía en hacerle sitio a un incipiente concepto urbano dedicado a los negocios y la especulación, cuya estrella sería el entonces nuevo (y tristemente devastado) World Trade Center.
La muestra se completa con la serie Un álbum: Europa, verano de 1959, una selección de 24 fotografías inéditas tomadas por Lyon (algunas en España) al principio de su carrera con una Exa de 35mm.
Danny Lyon es uno de los principales impulsores del “nuevo documentalismo” y uno de los representantes de los concerned photographers (fotógrafos comprometidos). Estudió Historia y Filosofía en la Universidad de Chicago antes de volver a instalarse en Nueva York, muy cerca del área que fotografió en 1967.
La muestra se podrá visitar hasta el 17 de enero de 2021.
Galería de imágenes
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