Louise Bourgeois (1911-2010), una de las artistas más reivindicativas, influyentes e innovadoras del siglo XX, tuvo una infancia compleja marcada por el carácter virulento de su padre y la temprana muerte de su madre —su cómplice, su mejor amiga, su protectora—, ambos restauradores de tapices en París. Lo cierto es que la niña Louise crece en un ambiente culto y pronto comienza a mostrar aptitudes excepcionales para el arte, tan intensas como la habilidad para mantenerse al tanto de las idas y venidas mujeriles de su padre, en parte causa de la tensión que se mascaba en la vida familiar de los Bourgeois. Todo ello, unido a la connivencia con su madre para ocultar los avances de la grave enfermedad que le acechaba, convirtió la juventud de la artista en una confusa amalgama de admiración y solidaridad, furia e impotencia, miedo al abandono y reafirmación de la condición femenina.
Escultora de traumas y obsesiones.
Con todos estos ingredientes, Louise Bougeois utilizó el arte como terapia, como una especie de psicoanálisis privado que giró siempre alrededor de la angustia, el dolor y la catarsis; el deseo de recordar y olvidar al mismo tiempo: Tienes que contar tu historia, y tienes que olvidarla. Olvidas y perdonas. Eso te libera. Un arte existencialista (así lo definía ella) cargado de simbolismo que le permitió reflejar sus inquietudes, profundizar en el inconsciente, sublimar ciertos aspectos del pasado, especialmente los relativos a su infancia y sus relaciones familiares.
“El espacio no existe; es solo una metáfora de la estructura de nuestra existencia”.
Si fueron las esculturas en forma de arañas gigantes una de las primeras y más representativas manifestaciones del arte concebido como medio de liberación, la serie Celdas constituye uno de los conjuntos más innovadores y revolucionarios de su extensa obra. Doblemente simbólicas —pueden entenderse como guaridas, también como espacios de protección o reclusión—, en las Celdas de Louise Bourgeois confluyen casi todos los aspectos característicos del arte contemporáneo: lo objetual, lo formal, lo espacial, lo psicológico, la experiencia, la subjetividad. Pero además, en esos espacios sublimes, a medio camino entre la escultura, la arquitectura, la escenografía y la instalación, la artista aborda la memoria y las emociones incluyendo infinidad de objetos personales —prendas de vestir, muebles, perfumes, libros—; elementos arquitectónicos como puertas, ventanas y tela metálica, provenientes de su propio estudio; o alegorías sobre la condición humana a base de imágenes impactantes: figuras distorsionadas, sin cabeza, picadoras de carne, espejos, cabezas cosidas a mano, juguetes…
El miedo.
Con el miedo como eje central, el Guggenheim Bilbao acoge hasta el 4 de septiembre la exposición Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las Celdas. Una amplia representación de la sofisticada obra escultórica de la artista franco-americana que alberga veintiocho de las sesenta Celdas de Bourgeois, poniendo de manifiesto todo su simbolismo y emoción, su singular imaginario creativo y microcosmos particular. Además del “gabinete de curiosidades” o de “maravillas”, que se reúne algunos de los dibujos y esculturas que Bourgeois creó entre 1943 y 2010, ligados por su tratamiento del espacio: el doméstico, el físico, el espacio aislado y el espacio simbólico.
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Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las Celdas
Fechas: 18 de marzo de 2016 - 4 de septiembre de 2016
Exposición organizada por Haus der Kunst de Múnich en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao
Comisarias: Julienne Lorz y Petra Joos
Galería de imágenes
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1
Louise Bourgeois Dama de compañía (Lady in waiting), 2003 Tapiz, hilo, acero inoxidable, acero, madera y vidrio 208,3 x 110,5 x 147,3 cm Collection The Easton Foundation Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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Louise Bourgeois Araña (Spider), 1997 Acero, tapiz, madera, vidrio, tela, goma, plata, oro y hueso 449,6 x 665,5 x 518,2 cm Collection The Easton Foundation Foto: Maximilian Geuter © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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3
Louise Bourgeois Habitación Roja (Padres) [Red Room (Parents)], 1994 (detalle) Madera, metal, goma, tela, mármol, vidrio y espejo 247,7 x 426,7 x 424,2 cm Colección particular, cortesía Hauser & Wirth Foto: Maximilian Geuter © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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4
Louise Bourgeois Dentro y fuera (In and Out), 1995 Metal, vidrio, yeso, tela y plástico Celda: 205,7 x 210,8 x 210,8 cm Plástico: 195 x 170 x 290 cm Collection The Easton Foundation Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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5
Louise Bourgeois Celda VII (Cell VII), 1998 Metal, vidrio, tela, bronce, acero, madera, huesos, cera e hilo 207 x 221 x 210,8 cm Colección particular, cortesía Hauser & Wirth Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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6
Louise Bourgeois Celda VI (Cell VI), 1991 Madera pintada y metal 160 x 114,3 x 114,3 cm Cortesía Hauser & Wirth and Cheim & Read Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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7
Louise Bourgeois Celda (La última subida) [Cell (The Last Climb)], 2008 Acero, vidrio, goma, hilo y madera 384,8 x 400,1 x 299,7 cm Collection National Gallery of Canada, Ottawa Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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8
Louise Bourgeois Celda II (Cell II), 1991 (detalle) Madera pintada, mármol, acero, vidrio y espejo 210,8 x 152,4 x 152,4 cm Collection Carnegie Museum of Art, Pittsburgh Foto: Peter Bellamy © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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9
Louise Bourgeois Celda (Choisy) [Cell (Choisy)], 1990-93 Mármol, metal y vidrio 306,1 x 170,2 x 241,3 cm Collection Glenstone Foto: Maximilian Geuter © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid
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10
Louise Bourgeois Celda XXVI (Cell XXVI), 2003 (detalle) Acero, tela, aluminio, acero inoxidable y madera 252,7 x 434,3 x 304,8 cm Collection Gemeentemuseum Den Haag, La Haya, Países Bajos Foto: Christopher Burke © The Easton Foundation / VEGAP, Madrid