Las muestras clandestinas suelen ser lo habitual cuando se trata de Banksy. Lo extraño es que el artista de las calles autorice exhibiciones de su obra en museos o espacios expositivos. ¿Por qué? Pues por dos motivos fundamentales. El primero tiene que ver con el halo de misterio que envuelve su figura. El segundo, con sus convicciones contra el sistema. Él, tan enraizado en la protesta urbana, tan comprometido con la marginación, la identidad comunitaria y la contracultura, ¿cómo va a plegarse a las exigencias del orden establecido?
Banksy prefiere pedir perdón que pedir permiso. Tal vez por ello y aunque vayan en contra de sus códigos éticos, no le queda más remedio que consentir las numerosas exposiciones al uso que vienen llevando a cabo en numerosas capitales del mundo entero. No obstante, suele manifestar su desacuerdo a través de su página web, donde invita a sus seguidores a trata dichas exposiciones “como corresponde”. ¿Un desafío más? Quién sabe. Lo cierto es que la mayoría desconocemos casi todo de este artista tan escurridizo como provocador. Por rebeldía o por necesidad, él mismo se encarga de mantener a buen recaudo su identidad, alimentando así su leyenda y las especulaciones de los medios.
Desde hoy, 3 de diciembre, el Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge una muestra inédita en nuestro país sobre el misterioso y siempre polémico artista británico de street art. Nada es aleatorio en esta exposición, que se abre con una instalación multimedia especialmente creada para este espacio, desvelando pistas sobre el misterioso artista, destacando sus piezas más importantes y enmarcando su insólita trayectoria.
Tampoco el título, Banksy. The Street is a Canvas, es fruto del azar ni del capricho de su comisario, Alexander Nachkebiya, sino de una de las muchas afirmaciones del artista callejero que, como sus grafitis, ha dado la vuelta al mundo: “Imagina una ciudad en la que el grafiti no fuera ilegal, una ciudad en la que todos pudieran dibujar lo que quisieran. Donde cada calle estuviese inundada con millones de colores y pequeñas frases. Donde detenerse ante una parada de autobús nunca fuese aburrido. Una ciudad que se sintiese como una fiesta donde todos están invitados, no sólo los agentes inmobiliarios y los barones de los grandes negocios. Imagina una ciudad como esa y deja de apoyarte en la pared, está mojada.”
El Círculo propone un recorrido por la trayectoria del grafitero de Bristol a través de más de 70 obras originales cedidas por coleccionistas privados internacionales y acerca al espectador a su universo creativo plagado de ironía e irreverencia. Mediante sus esténcils y dibujos murales ha creado un lenguaje sencillo, directo y metafórico para denunciar y protestar contra la política, la guerra, la ética, el consumismo, la injusticia social y los conflictos culturales.
El arte de Banksy —divertido y brillante— proviene de los denominados writers (grafiteros) que a principios de los años 70 dibujaban las calles de Nueva York. La mayoría procedían del barrio de Harlem y el Bronx, dos de los guetos negros y puertorriqueños, respectivamente, más controvertidos de la década, herederos del pandillerismo de los 50. Además de la influencia de la cultura del grafiti y el hip hop, en su obra también se percibe la intensa vocación antagonista y underground del punk.
Normalmente recurre a personajes fácilmente reconocibles. Monos, ratas, policías, niños, (a veces, miembros de la familia real británica) protagonizan escenas controvertidas, en ocasiones hirientes, con la intención de remover conciencias y provocar en el espectador la necesidad de reflexión.
En la muestra de Madrid se exhiben algunas de sus obras más célebres ejecutadas con diferentes técnicas —óleo o acrílico sobre lienzo, spray sobre lienzo, serigrafías de edición limitada o esténciles sobre metal u hormigón—, algunas de ellas inéditas. Entre las más reconocidas se encuentra la serigrafía original de la Niña con globo de South Bank, similar a la recientemente destruida por el propio artista en un acto de insumisión sorprendente en Sotheby’s (Londres). O Christ with bags, una sátira sobre la distorsión del verdadero significado de la Navidad a través de la que Bansky sacude la hipocresía de una celebración intimista convertida en la fiesta del exceso y la desmedida.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11