En 1976, R. B. Kitaj seleccionó un grupo de obras de artistas radicados en Gran Bretaña para organizar la exposición The Human Clay en la galería Hayward de Londres. En el catálogo de la misma Kitaj adoptó la expresión “Escuela de Londres”. Un término que nunca acabó de cuajar entre los críticos e historiadores del arte. Tampoco entre los artistas implicados. Aunque todos ellos cultivaron una estrecha amistad, frecuentaron juntos los ambientes bohemios del soho londinense y mantuvieron firmes conexiones artísticas y personales, también insistieron en plasmar sus propios universos creativos, independientes y personales.
Lo cierto es que ninguno de los diez artistas incluidos en la etiqueta se acogió a las corrientes imperantes durante las décadas de los 60 y 70. Al contrario, reflejaban su personal mirada sobre el mundo nacido de los escombros de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez sea la experiencia devastadora de la contienda el único aspecto común en el desarrollo de sus respectivas obras. Ese y sus vivencias británicas. Y tal vez ambas circunstancias les llevaron a desgranar el alma humana, plasmándola en cuerpos desgarrados, a veces realistas otras geométricos, existencialistas, carnales, humanos, violentos. Siempre en escenarios cotidianos, lejos de los grandes iconos arquitectónicos de la capital británica.
No obstante, y pese a su terca resistencia a ser encasillados en un mismo movimiento, la denominación Escuela de Londres se ha ido popularizando como corriente artística. Sobre todo para mostrar ese tipo de obra centrada en la figura humana que todos ellos representaron con idéntica intensidad y oposición a la abstracción dominante. Eso sí, con matices individuales singulares, tanto en la forma como en el fondo.
Así, mientras Francis Bacon retrata la soledad abrumadora del ser humano, Lucian Freud se recrea en representaciones carnales turbadoras. Asimismo, el existencialismo vital de la obra de Michael Andrews, la visceralidad de Leon Kossoff, la fuerza emocional de David Bomberg o la subversión de Paula Rego se enfrentan de forma radical a la proporción de Euan Uglow, la pintura tridimensional de Frank Auerbach, la rigurosa medición de Coldstream y la multiplicidad de Ronald B. Kitaj.
El Museo Picasso Málaga presenta el trabajo de estos pintores en la exposición Bacon, Freud y la Escuela de Londres. Una muestra que, a través de noventa obras —entre lienzos y obra en papel— aúna la fuerza creativa de este grupo artístico afincado en Londres que reivindicaba la figuración, la intimidad, el individualismo, la decadencia. Todo ello retratado desde miradas y estéticas artísticas muy particulares, muy diferentes entre sí.
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Fechas: del 26 de abril al 17 de septiembre 2017. Organización: Tate Londres con la colaboración del Museo Picasso Málaga y con el patrocinio de CaixaBank. Comisaria: Elena Crippa.
Galería de imágenes
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Bacon, Freud y la Escuela de Londres. Foto: Jesús Domínguez © Museo Picasso Málaga.
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Bacon, Freud y la Escuela de Londres. Foto: Jesús Domínguez © Museo Picasso Málaga.
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Bacon, Freud y la Escuela de Londres. Foto: Jesús Domínguez © Museo Picasso Málaga.
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Paula Rego (1935) El baile 1988 Acrílico sobre papel sobre lienzo 212,6 x 274 cm Tate: Adquirido en 1989 © Tate, Londres 2017 © Paula Rego, por cortesía de Marlborough Fine Art
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R. B. Kitaj (1932 - 2007) La boda 1989-1993 Óleo sobre lienzo 183 x 183 cm Tate: Donación del artista, 1993 © Tate, London 2017 © R.B. Kitaj Estate, por cortesía de Marlborough Fine Art.
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William Coldstream (1908-1987) En el mapa 1937 Óleo sobre lienzo 50,8 x 50,8 cm Tate: Adquirido en 1980 © Tate, Londres 2017 © Trustees of the Sir William Coldstream Will Trust/Bridgeman Images
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Lucian Freud (1922 - 2011) Leigh Bowery 1991 Óleo sobre lienzo 51 x 40,9 cm Tate: Donación anónima, 1994 © Tate, Londres 2017 © The Lucian Freud Archive/Bridgeman Images
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Francis Bacon (1909-1992) Tres figuras y retrato 1975 Óleo y pastel sobre lienzo 198,1 x 147,3 cm Tate: Adquirido en 1977 © Tate, Londres 2017 © The Estate of Francis Bacon. Todos los derechos reservados. DACS/VEGAP, Málaga, 2017.