Alexéi von Jawlensky y su hijo Andreas, también artista, vivieron una de las épocas más convulsas de la historia rusa. Tal vez por ello, la relación de ambos con su tierra natal no fue en absoluto fluida. De hecho, el pequeño Andreas Nesnakomoff–Jawlensky, criado en Alemania, no conoció su país hasta que cayó prisionero durante la II Guerra Mundial. De niño, fascinado por los relatos de sus progenitores, soñaba con verlo. Pero no podía imaginar que su primera experiencia en territorio ruso le iba a llevar a los campos de concentración de Siberia.
Tampoco es de extrañar que, a causa de este cúmulo de circunstancias, la obra de los Jawlensky no se conociera en Rusia —al contrario que en Europa— hasta bien entrado el siglo XX. Alexéi von Jawlensky, contemporáneo y amigo personal de Kandinsky, estudió con Iliá Repin y partió a Alemania en 1896 junto a Marianne von Werefkin, Dimitri Kardovski e Ígor Grabar. Ellos, que volvieron a Rusia la poco tiempo, fueron los destinatarios de las emociones e inquietudes artísticas del pintor exiliado y su incesante búsqueda de su propio lenguaje. Estilo, decía él. “Observo la naturaleza, me esfuerzo en comprender cuál es la esencia de su belleza, reflexiono sobre cómo debe ser expresada…”.
Y tardó en alcanzarlo. Pero a mediados de la década de 1900, Jawlensky ya había perfilado su imaginario artístico: la intensidad, el color, la inspiración en la naturaleza y en la realidad cotidiana, el brío, los “sentimientos, la pasión y la espontaneidad”.
La Colección del Museo Ruso de San Petersburgo Málaga se renueva con la exposición Alexéi y Andreas Jawlensky: La aventura del color. La muestra recorre las diferentes etapas artísticas de Jawlensky, estableciendo una relación entre el autor y el momento histórico en que fueron creadas las diferentes obras. Poniendo de manifiesto, así, las diferentes tonalidades y técnicas empleadas en función de las experiencias vitales del pintor. Igualmente se exhiben una serie de piezas de su hijo Andreas (mucho tiempo estuvo a la sombra de su padre), y la de una veintena de artistas rusos, entre ellos su maestro Iliá Repin, o sus amigos Serov y Kardovski.
Pese a mantenerse durante largo tiempo al abrigo de su padre, Andreas Jawlensky mostró desde niño un tremendo talento artístico. Esto, unido a su propia experiencia cultural junto a pintores como Paul Klee, Kandinsky o Ferdinand Hodler, le permitió desarrollar un estilo independiente y espontáneo que mantiene en cierto modo su mirada y sueños infantiles.
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Alexéi y Andreas Jawlensky: la aventura del color. Fechas: del 10 agosto 2017 al 04 de febrero 2018. Museo Ruso de San Petersburgo Málaga.
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