Desde antiguo, todas las artes han crecido ligadas de una manera fluida y armónica. Son vínculos naturales que se entrelazan sin dificultad, pues no dejan de expresar idénticas emociones en diferentes lenguajes. Al fin y al cabo, el ARTE como conjunto se presenta como un delicioso manjar cocinado con ingredientes literarios, plásticos, musicales... La presencia de la literatura, de los libros, en la pintura occidental se hace mucho más evidente a partir de la Edad Media, especialmente en escenas religiosas. Es muy frecuente la representación de santos en plena lectura e imágenes de la Anunciación en las que el Ángel Gabriel sorprende a María con un libro entre las manos.
A partir de entonces son muchos los pintores que han representado en sus cuadros los libros como símbolo de sabiduría, condición social y cultural, elemento de disfrute cotidiano o refugio espiritual. No obstante, la idea de la lectura como fuente de placer habitual no se extiende hasta bien entrado el siglo XVII, imponiéndose como tal ya en la Ilustración. El acceso a la lectura ha sido (y es) el gran ventanal abierto hacia la cultura. Como indica Stefan Bollmann, “leer es un acto de aislamiento amable. Leyendo nos volvemos inaccesibles de manera discreta. Tal vez sea justamente eso lo que, desde hace tanto tiempo, incita a los pintores a representar seres leyendo”.
Quizá por ello los artistas del pincel (también los del cincel) se afanan por sellar muchas de sus obras con páginas escritas por otros, a veces por contemporáneos amigos (o no tanto). Se aprecia, por ejemplo, la amistad de Emilio Zola con muchos de los pintores impresionistas: Paul Cézanne (íntimo colega desde la infancia), Édouard Manet o Pissarro. Incluso Van Gogh describió a su hermano Theo La joie de vivre como una especie de camino personal hacia la catarsis pictórica, la fusión del cuadro con la persona. Otras, como se siente constantemente en los cuadros de Magritte la figura misteriosa de Poe, firmadas por sus autores favoritos.
Aparte de nuestra particular recopilación pictórica en un día tan especial, el Museo del Prado selecciona también diez obras maestras donde se evidencian los libros por encima de épocas, costumbres y corrientes artísticas. Goya, Rubens, Velázquez, Sorolla son algunos de los maestros escogidos para el recorrido en homenaje a este Día del Internacional de Libro tan atípico en tiempos de infección y retiro. Os invitamos a verlo en la web del museo y profundizar en ello a través de la actividad Un acercamiento al libro.
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