Markus Muntean y Adi Ronsenblum forman pareja artística desde 1992. Viven y trabajan entre Viena, Londres y Tel Aviv. En 1995 fundaron Bricks & Kicks, uno de los primeros espacios expositivos regentados por artistas en Viena, que funcionó hasta 1998. Ella nació en Haifa (Israel), él en Graz (Austria). Se conocieron en Viena cuando estudiaban en la Academia de Bellas artes de la capital austriaca. Descubrieron su pasión mutua y su deseo común: pintar. Alquilaron un estudio románticamente escondido en un viejo patio trasero vienes. Hoy todavía trabajan allí.
Sus primeros cuadros giraban en torno a la estética pop —figuras planas, composiciones sencillas, tonos brillantes—, pero pronto se dejaron llevar por el influjo de la imaginería manierista, la iconografía clásica y la tradición religiosa occidental. Mientras que el hilo conceptual que recorre todo su trabajo se centra en la desorientación existencial y las crisis de identidad tan comunes en la sociedad actual. Pero además, entre la belleza de sus pinturas a cuatro manos, la literatura se convierte en el otro protagonista fundamental. Frases y aforismos de autores famosos ayudan al espectador a interpretar la imagen representada.
La obra transmite emoción y sorpresa, buscando la ambigüedad (y la paradoja) entre la banalidad absoluta y la esencia espiritual. Sus pinturas representan mayoritariamente grupos de jóvenes en situaciones ociosas. Son hermosos, atléticos, fuertes, sin embargo se ven extrañamente fuera de lugar. Sus miradas melancólicas, sus posturas indolentes logran reflejar una tensión, incluso un malestar, dirigida a cuestionar el estilo de vida occidental contemporáneo: el consumismo, la presencia constante en revistas y publicidad del cuerpo joven que denota el miedo a envejecer, como si la juventud fuera lo único importante. Concepto que el tándem artístico critica cada vez más: La juventud es solo un sueño breve, un preludio de ningún momento duradero particular antes de que comience la vida real.
Nada es casual en sus representaciones artísticas. Como tampoco lo son las citas literarias, las alusiones al cómic o la ausencia de títulos. La obra de Markus Muntean y Adi Ronsenblum constituye una especie de ciencia de la imagen ajena a simplificaciones historiográficas, formalistas o iconológicas. A ellos les preocupa el sentido de las cosas, la esencia, el equilibrio pero compaginan esa actitud con identificación caótica del presente tensado así razón e imaginación.
El Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (MAC) acoge la exposición This Is Not An Exit (Esto no es una salida), la nueva propuesta expositiva de la pareja.La muestra toma su título de la última frase de la novela de Brest Easton Ellis, American Psycho. Partiendo de la idea que transmite el texto y la reflexión crítica a sociedad neoyorkina de los 80, Muntean/Rosenblum plantean un recorrido ambiguo que refleja el limbo en el que se encuentra nuestra sociedad post-metafísica occidental. Los artistas se sumergen en la cultura popular para explorar la relación entre las nuevas tecnologías, las imágenes virales, los selfies y el arte institucional.
Entre las pinturas que se muestran en la exposición, además de algunas características de su trabajo anterior, se presentan dos series nuevas. Una se titula Self(ie) Series, constituida por una serie de retratos hechos a partir de selfies. La segunda presenta imágenes sacadas de Youtube, trasladadas a lienzos gigantes con el fin de ironizar sobre el absurdo, el patetismo de estos vídeos banales, que son una tontería y aun así miramos.
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