Coco y Emily son amigas y este otoño han decidido visitar París para ver a Noreen. En su lista de lugares imperdibles: Place Dauphine, Pont Neuf y la maravillosa y escalonada Montmartre.
Hace frío. La noche anterior había dejado las calles teñidas de blanco. La última vez que estuvieron juntas sonaban los Beatles. Y en su honor deciden recorrer la ciudad en tándem, enfundadas en pieles negras, cargando sus maletas y sus bolsas de viaje al ritmo del She is got a ticket to ride.
Sobre dos ruedas los lugares cobran otra perspectiva. Pedalean hasta Montmartre y allí escalón a escalón disfrutan del frío, de su complicidad, del rojo sobre blanco, y de la felicidad que da viajar y estar con amigos.
Noreen las espera escaleras arriba con un plan, esquís en mano. Botas, guantes, bastones y gafas salen de sus maletas. Y es que todo lo que a veces cuesta subir, puede llegar a ser muy divertido al bajar, si cambias la forma.
Longchamp es una compañía francesa con más de 60 años de vida. Mucho cuero y cierto aire clásico, que dan siempre a sus piezas un valor atemporal. Pero lejos de que esto signifique que la mujer a la que representan es tradicional y formal, este otoño/invierno, la firma parisina ha vuelto a apostar por una mujer joven, dinámica y cosmopolita.
Bolsos frambuesas, azules y rojos para colorear los últimos meses del año, en una campaña publicitaria muy visual, muy vital y muy social media. Ya que Oh! my bike (su movie advertisement), hizo su debut online con apariciones en su web oficial y en la página que la marca del caballo veloz tiene en la red social Facebook.
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