Lucir

Terry Richardson y las rockers Valentino

La colección Rockstud de Valentino Garavani, no apta para conformistas ni amantes de la discreción extrema.

A veces desmesurado y letal, otras endiabladamente irreverente y esquivo. Un genio sin pretensiones entre acordes vibrantes y golpes de batería. Rock, watergates, pastillas rosas a deshoras y fiebre del sábado noche. El glam power de Bowie, entre tachuelas y leopard prints. Años 70. Inspiración hecha música y la bendita excusa que sirvió a la casa Valentino Garavani para crear una colección Rockstud no apta para conformistas ni amantes de la discreción extrema.

La firma, bajo la dirección creativa de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli, se mantiene fiel a la estética punk –muy reciente tras la última Gala Met del Metropolitan neoyorkino- y escoge el negro para sus accesorios. Una apuesta segura, donde repiten los salones Rockstud que ya hemos visto en alfombras rojas y street styles de lo más voguette. Estamos ante la colección del siempre eterno tacto acharolado, la mezcla inteligente de texturas, el estampado leopardo y la tachuela-guerrera, fotografiada esta vez en Roma por el polémico Terry Richardson para la campaña que veremos la próxima temporada.

Un oda revival con tintes conspiranoicos al más puro estilo “House of Cards”, donde el bueno del rock se cuela en los armarios de las ladies modernas.

Así, sin más, subiendoelvolumen-desempolvandoelperfecto  recuperandoesperanzasperdidasentreacordespop.

Suena Bowie, con su Rebel Rebel

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