Lucir

Scarf of the world, fulares con mucho mundo

Sus telas tienen itinerarios, y como en los diarios de viajes atesoran monedas, billetes y antiguos carteles.

¿Tienes a mano un mapa con los cinco continentes? Si es que sí, sácalo, ponlo encima de la mesa, rotulador en mano, y estate atento. Si es que no, que no lo tienes, o que no lo encuentras, teclea "mapamundi" en Google, y elige uno de entre los aproximadamente 453.000 resultados, y haz lo propio. ¿Todos listos? Comenzamos.

Busca un lugar con buena luz, coge el edding 21, el de color rojo, y pon un gran círculo en las inmediaciones del lago Como, en Italia. Porque aquí comienza el viaje de Mario Borgogna, Elisabetta Marchetti y Guillaume Tryoen, tres italianos con ganas de mundo y de querer documentarlo, utilizando como soporte el tejido y como técnica el patchwork. Pero piano, piano que aún hay mucho que contar.

Porque como cada temporada desde su primera colección en 2011, ellos esta vez después de haber pasado por Nueva York, París y Londres (¿ya lo has marcado en rojo?), han decidido confeccionar sobre las mejores sedas italianas, algodones, lanas, cashmere y modal, su nueva colección de fulares, esta vez para el otoño invierno 2014.

En ellas la torre Eiffel, el underground londinense, y el circo de la ciudad de los rascacielos, conviven con matrículas de coches californianos, antiguos carteles e ilustraciones que tienen su origen en el mercado de las pulgas de París y Londres, y sellos de globos aerostáticos del siglo pasado. Pero además el Paisley de la India, las bolas de billar, las ilustraciones de insectos, volúmenes de letras o la cinta métrica, se entremezclan y decoran los bordes a golpe de grecas e incluso bordados.

Y todo para el cuello masculino. Pensado para un hombre viajado o con ansias de viajar, que se aleja de los estereotipos, y que apuesta por la aventura como forma de vida. Para los que disfrutan poniendo chinchetas en los mapas, e imaginan recorridos a pie.

Obras de arte en formato fular, con colores intensos, maestría armónica, diseños figurativos y un tacto absolutamente delicioso, que advertimos puede llegar a ser adictivo. Avisados estáis.