Wildenmann, el lujo germánico.

Piezas únicas, diseños exclusivos inspirados en la naturaleza y la pureza de las líneas geométricas, piedras preciosas magistralmente engastadas en metales nobles y una larga tradición orfebre transmitida de generación en generación son las señas de identidad de Wildenmann.

Fundada por Otto Wildenmann en 1946, la historia de esta firma esta íntimamente ligada a una de las ciudades con mayor prestigio y tradición en el mundo de la alta joyería, Pforzheim. Un pequeño enclave situado en el sur de Alemania a las puertas de la Selva Negra, no en vano denominado Goldstadt –la ciudad oro–, durante siglos centro de la industria joyera y relojera alemana.

Casi recién desembarcada en España, Wildenmann abre las puertas de su primera joyería en pleno corazón cultural y comercial de una de las ciudades más bellas de nuestro país, La Coruña. Enamorado de una gallega y de la tierra que la vio nacer, Thomas Buchter, nieto del fundador, crea sus propias colecciones en los talleres coruñeses de la firma ofreciéndonos piezas de extraordinaria calidad y diseño exclusivo. Pero además, las vitrinas de esta coqueta joyería encierran las nuevas colecciones de perlas de lujo de la firma Gellner y, desde primeros de diciembre, los relojes Nomos Glashütte.

Sofisticados, precisos y de líneas puras y sencillas, los Nomos son el máximo exponente de la elegancia. Sus diseños –la mayoría unisex– acumulan numerosos premios, figurando entre las piezas más buscadas por los amantes de la alta relojería y coleccionistas de todo el mundo. ¿Un ejemplo? El Tangente, primer modelo de la firma, que con tan solo diecinueve años se alza como icono de la mítica estética Bauhaus o el Orion, cuyas curvas y mecanismos figuran entre los favoritos de la marca.

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